El caballo en la pradera
Cuando sea posible, es mucho mejor que los animales puedan pasar el día en casi completa libertad para ser recogidos en las cuadras o establos durante la noche. Naturalmente, este régimen ideal requiere una climatologia benigna exenta de fríos y precipitaciones pertinaces, así como disponer de extensas superficies de praderas y pastizales. Los complementos alimenticios y golosinas, como zanahorias o pequeñas manzanas, serán ‘repartidos’ al atardecer cerca de los recintos techados, donde los animales deben pernoctar.
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De esta forma se habitúa progresivamente al animal aislado o a la manada a congregarse cerca del albergue y fácilmente se revisará el estado general de los ejemplares, la capa y los pies, examinando cascos y plantas antes de recogerlos en sus alojamientos. La última operación debe ser el cepillado de la capa o el eventual ‘secado’ si los caballos hubieran ‘sudado’ o recibieron agua de lluvia. Por la mañana se inspecciona uno a uno el estado de los animales y se les conduce separadamente hasta el exterior, donde podrán disfrutar de la vida silvestre.
Animales estabulados
Las cuadras han de cumplir unos requisitos mínimos de ubicación, ventilación, abrigo,espacio facilidad de limpieza, etc., pero los caballos necesitan, tal vez, más atenciones que sus colegas mantenidos en semilibertad.
Por la mañana, dependiendo del tiempo y si éste no es frío ni ventoso, se abren las puertas y ventanas del establo para facilitar la higiene. Han de retirarse las camas de paja que estuvieran ensuciadas con las deyecciones, cambiando al animal de recinto si ello fuera posible. Tras el aseo, se cepilla ligeramente el pelaje y distribuye la primera comida de las tres diarias aconsejables en condiciones de estabulación. El paseo, suave, o la suelta de los ejemplares durante unas dos horas cada día mantendrá la buena forma física de los animales.
Cuando el tiempo obligue a realizar el ejercicio bajo la lluvia, la nieve o el caballo se haya mojado por otra circunstancia, se le seca frotando el cuerpo con trapos de felpa o paja. Posteriormente se cepilla cuidadosamente la capa, crines y cola para que pueda descansar perfectamente hasta el día siguiente. No deberá descuidarse el examen de los cascos ni de las plantas, asi como el estado de pesebres y abrevaderos, que siempre tendrán agua limpia.
Régimen mixto
Suele ser el más frecuente y depende muchas veces de las condiciones y estaciones climáticas. Las normas básicas someramente apuntadas en los epígrafes anteriores se combinarán según se juzgue necesario, pero nunca debe olvidarse la revisión cuidadosa e individualizada de los ejemplares.
Los caballos que durante las épocas favorables viven totalmente libres cuidan perfectamente de su higiene corporal retozando sobre la hierba, pero si son eventualmente recogidos en establos necesitan cepillados frecuentes, a los que precederá un pase de esponja humedecida por todo el cuerpo a fin de desprender con suavidad las particulas o ‘pellas’ de barro que pudieran haber quedado adheridas a la piel.
El examen de la dentadura, ollares, crines y cola podrá mostrarnos la posible alteración o suciedad acumulada en dichas partes y nos permitirá su limpieza.
En todo caso, las construcciones eventuales o cotidianas que sean usadas como cuadras han de recibir encalados periódicos y una higiene completa de suelos paredes e implementos que redundará en la perfecta salud de nuestros nobles solípedos.