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«Diario de Xenai: Un Día de Descubrimientos y Juegos»

Diario de Xenai – 18 de noviembre de 2024

Hoy ha sido un día lleno de sorpresas y descubrimientos. La mañana comenzó con el sol brillando a través de las ventanas, despertándome con su cálida luz. Como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas. Me encanta empezar el día así, con amor y atención.

Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, y yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. Hoy no había nada especial en el menú, pero el simple hecho de estar con mi familia ya hacía que todo fuera perfecto.

Después de desayunar, decidí explorar un poco la casa mientras Sara y Manuel se preparaban para el día. Al pasar por el salón, algo llamó mi atención. Había una gran ventana que reflejaba la luz del sol, y al acercarme, vi algo que me hizo detenerme en seco. ¡Era otro perro!

Salté hacia atrás, sorprendida por el reflejo que me devolvía la mirada. "¿Quién eres tú?" pensé, inclinando la cabeza con curiosidad. Me acerqué lentamente, moviendo la cola con cautela, y el otro perro hizo lo mismo. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba viendo mi propio reflejo.

"¡Xenai, qué estás haciendo?" preguntó Manuel, entrando en la habitación y viendo mi confusión.

"¡Es otro perro!" ladré, todavía un poco desconcertada.

Manuel se rió y se agachó para acariciarme. "No te preocupes, es solo tu reflejo. Eres tú misma, hermosa como siempre."

Me relajé un poco, dándome cuenta de que no había ningún intruso en la casa. Sin embargo, no pude evitar seguir mirando mi reflejo, fascinada por cómo se movía exactamente igual que yo. Decidí que era un buen momento para jugar, así que comencé a saltar y moverme frente a la ventana, disfrutando de la imagen que se reflejaba.

Sara se unió a nosotros y también se rió al verme tan entretenida. "Parece que Xenai ha descubierto algo nuevo hoy", comentó con una sonrisa.

Pasamos un buen rato jugando en el salón, y luego decidimos salir al jardín para disfrutar del buen tiempo. Corrí de un lado a otro, persiguiendo mi pelota y disfrutando de la libertad del aire libre. Sara y Manuel se sentaron en el porche, observándome con cariño.

Más tarde, nos fuimos al parque. Hoy había muchos otros perros y humanos disfrutando del buen tiempo. Hice nuevos amigos y jugué a perseguirnos por todo el lugar. También vi a algunos de mis viejos amigos del vecindario, y nos divertimos mucho corriendo y saltando juntos.

De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras y juegos.

Por la tarde, Sara y yo tuvimos un momento especial juntas. Ella estaba trabajando en su computadora, y yo me acurruqué a su lado, disfrutando de su compañía. A veces, me daba una palmadita en la cabeza o me rascaba detrás de las orejas, y yo cerraba los ojos de felicidad.

La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.

Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.

Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.