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«Diario de Xenai: Un Día de Juegos y Cariño Familiar»

Diario de Xenai – 11 de noviembre de 2024

Hoy ha sido un día lleno de diversión y sorpresas brillantes. La mañana comenzó con el sol brillando a través de las ventanas, despertándome con su cálida luz. Como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas. Me encanta empezar el día así, con amor y atención.

Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, y yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. Hoy no había nada especial en el menú, pero el simple hecho de estar con mi familia ya hacía que todo fuera perfecto.

Después de desayunar, Manuel me sorprendió con algo nuevo. "Xenai, tengo algo divertido para ti", dijo mientras sacaba un pequeño dispositivo de su bolsillo. Era un puntero láser, y no tenía idea de lo que estaba a punto de experimentar.

Manuel encendió el láser y una pequeña luz roja apareció en el suelo. Al principio, la miré con curiosidad, sin saber qué hacer. Pero cuando la luz comenzó a moverse, mi instinto de cazadora se activó de inmediato. ¡Era hora de perseguirla!

"¡Vamos, Xenai! ¡Atrápala!" animó Manuel, riendo mientras movía la luz por toda la habitación.

Corrí tras la luz, tratando de atraparla con mis patas. La luz se movía rápidamente, zigzagueando por el suelo y las paredes, y yo no podía evitar seguirla con entusiasmo. Cada vez que pensaba que la tenía, desaparecía y reaparecía en otro lugar, lo que hacía que el juego fuera aún más emocionante.

Sara se unió a nosotros, observando con una sonrisa mientras yo corría de un lado a otro. "Parece que alguien está teniendo un buen ejercicio", comentó, riendo.

Después de un buen rato de perseguir la luz, me detuve para tomar un respiro. Estaba un poco cansada, pero muy feliz. Manuel apagó el láser y me acarició la cabeza. "Eres una gran cazadora, Xenai", dijo con cariño.

Más tarde, decidimos salir al jardín para disfrutar del buen tiempo. Corrí de un lado a otro, persiguiendo mi pelota y disfrutando de la libertad del aire libre. Sara y Manuel se sentaron en el porche, observándome con cariño.

Por la tarde, nos fuimos al parque. Hoy había muchos otros perros y humanos disfrutando del buen tiempo. Hice nuevos amigos y jugué a perseguirnos por todo el lugar. También vi a algunos de mis viejos amigos del vecindario, y nos divertimos mucho corriendo y saltando juntos.

De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras y juegos.

Por la tarde, Sara y yo tuvimos un momento especial juntas. Ella estaba trabajando en su computadora, y yo me acurruqué a su lado, disfrutando de su compañía. A veces, me daba una palmadita en la cabeza o me rascaba detrás de las orejas, y yo cerraba los ojos de felicidad.

La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.

Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.

Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.