El mundo de los insectos
Con casi un millón de especies conocidas y probablemente otras tantas aún no descritas por los científicos, esta clase zoológica tiene más representantes que todo el resto de los animales que actualmente habitan sobre el planeta Tierra. La etimología de la palabra insecto proviene del latín y quiere decir ‘segmentado’ como corresponde al cuerpo subdividido en tres partes principales:
cabeza, tórax y abdomen, y provisto de tegumentos más o menos endurecidos que forman el esqueleto externo o ‘exoesqueleto’, necesario para ‘sujetar’ los órganos del animal. Los segmentos que forman el cuerpo se distribuyen de forma que la cabeza comprende seis, el tórax tres y el abdomen los doce restantes, hasta completar los veintiún ‘somitos’ o segmentos que idealmente conforman la anatomía primaria de estos artrópodos.
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Diferentes clasificaciones en múltiples categorías se manejan por los sistemáticos cientifícos que estudian la nomenclatura, taxonomia y clasificación de esa ingente cantidad de especies en grupos más o menos homogéneos: géneros, familias, superfamilias, subórdenes,
órdenes y subclases.
El desarrollo de los insectos
Los insectos presentan a lo largo de su vida una serie de estados de desarrollo que, en muchas ocasiones, son totalmente diferentes, tanto en forma como en fisiología del insecto adulto o perfecto llamado ‘imago’. Tras la fecundación o la formación partenogenética (sin intervención
del macho) del huevo, comienza la etapa de desarrollo del embrión en el interior de la membrana protectora, cáscara o corión.
Transcurrida la etapa embrionaria, el insecto inmaduro emerge del huevo y tras una serie de mudas, con o sin metamorfosis (cambio de
forma), alcanza el estado adulto. La muda supone el cambio del ‘esqueleto externo’ que permite el crecimiento de los jóvenes a través de una serie de transformaciones.
La metamorfosis consiste en un cambio drástico de forma y fisiología de muchos insectos que han de realizar hasta conseguir la forma completa de imago o adulto. Se denominan metamorfosis sencillas o incompletas, la serie de mudas y cambios que sufren aquellos insectos cuyas formas generales son similares en adultos y en jóvenes, salvo, normalmente, en el escaso o nulo desarrollo de las alas en los últimos. Sin embargo, las mariposas (lepidópteros), moscas (dípteros) y escarabajos (coleópteros), por ejemplo, presentan formas muy diversificadas a lo largo de su vida: primero como huevos, después como larvas eruciformes (como ‘gusanos’), después pupas, como ‘envueltas momificadas’, y, finalmente, insectos perfectos.
Distribución geográfica de los insectos
En todos los ecosistemas del planeta podemos encontrar insectos desde las aguas de los lagos y cursos fluviales hasta las nieves polares, las simas subterráneas, los ardientes desiertos y las lujuriantes selvas en medios naturales o en las megalópolis humanas de asfalto y cemento, existen representantes específicos de la clase más numerosa de la Zoología.
Las posibilidades de retardar o paralizar el desarrollo, en alguna de las fases vitales, de muchos insectos, les permiten sobrellevar climas extremos y ser animales casi idóneos para el estudio, la observación biológica o el simple divertimiento, exigiendo, en muchas ocasiones, poco espacio y sencillos cuidados para los amantes de los animales que desean cuidar insectos en un rincón de su hogar.