Certámenes cinológicos
La reunión de expertos y aficionados a las diferentes razas de perros culminó en la organización periódica de exposiciones en las que eran presentados los ejemplares que a juicio de sus cuidadores reunían las características más depuradas de perfección dentro de su raza. Estas ferias, auténticas fiestas caninas, pueden ser monográficas o dedicadas a una sola raza o generales, de belleza o de trabajo y oficiales, reconocidas por la correspondiente federación cinológica, o informales en las que no se premian con certificados de aptitud para concurso, los ejemplares ‘campeones’. Todo aficionado a los animales sea o no propietario de un perro, encontrará en los distintos certámenes los animales más bellos y mejor adiestrados en cada categoría y además puede consultar con jueces, criadores y personas entendidas, las peculiaridades más características de cada raza o variedad.
/+/+
Las exposiciones oficiales, nacionales e internacionales se estructuran separando los perros por categorías y grupos, estos por razas y dentro de la raza, por clases: campeones, abierta, jóvenes, grupos, etc., los cuales a su vez suelen diferenciarse según el sexo.
Requisitos de inscripción
Cualquier propietario de un ejemplar de pura raza, poseedor del correspondiente ‘pedigrée’, que considere a su perro dentro de las medidas más adecuadas con arreglo al ‘estándar’ vigente puede inscribir al animal en la clase que se ajuste a su condición.
Aunque desgraciadamente en la mayoría de los casos no se cumplan estrictamente los requisitos de higiene y seguridad, teóricamente los ejemplares concursantes han de reunir unas garantías de salud refrendadas por un examen veterinario previo. Sin embargo, y por no citar casos concretos de los que hemos sido testigos directos, algunos canes acuden al ‘ring’ de concurso con enteritis delatadas por defecaciones líquidas, fétidas e incontroladas sin el menor respeto de sus propietarios hacia los otros ejemplares.
Además el animalito presentado debe estar preparado muy especialmente para la competición, mediante un adiestramiento específico y minucioso que resalte sus mejores cualidades y oculte sus posibles defectos.
Concebidas en principio como jornadas de relación y exposición de ejemplares, obtenidos por criadores deportivos, la comercialización creciente de los perros de raza ha convertido, a nuestro juicio, las exposiciones caninas en certámenes muy competitivos en los que los criadores comerciales se juegan el prestigio y consiguiente encarecimiento de sus ejemplares. Por ello, no nos parece adecuado que el simple propietario por muy cinófilo que se considere, concurra con su perro que, difícilmente llegará a superar la profesionalización de los concursantes pertenecientes a criaderos especializados. Si la
presentación sólo tiene por objeto entablar amistades con propietarios de ejemplares de la misma raza, es preferible acudir a los concursos locales y regionales, sabiendo que, cada perro es el mejor para su amo independientemente de la moda, preparación para el certamen y criterio evidentemente correcto de los jurados.
Además, las largas horas de permanencia en las jaulas o ‘boxes’ preparados al efecto, el momento de pasar a la superficie de evaluación y el nerviosismo que la concentración de público y animales provoca, en el can poco habituado tanto como al propietario, no parece compensar la virtual opción a una mención que no nos sirve para nada si no pensamos en rentabilizar la descendencia de nuestro perro.