La Dentadura Canina

La dentadura del perro

Cualquiera que sea la raza, salvo contadas excepciones, el aspecto, tamaño y pelaje del perro, esta especie zoológica tiene una serie de rasgos morfológicos, psíquicos y fisiológicos que la caracterizan e identifican de otras próximas y parecidas.  En la mayoría de los perros llama poderosamente la atención el aspecto potente y sólido de las piezas dentarias, así como la
robustez de las mandíbulas y los músculos maseteros que impulsan y facilitan el movimiento de las fauces.

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La fórmula dentaria de los canes adultos está compuesta por 42 piezas, distribuidas de la siguiente forma: Mandíbula superior, con seis incisivos, dos caninos, ocho premolares y cuatro molares, dispuestos de forma simétrica a derecha e izquierda.

Mandíbula inferior: seis incisivos, dos caninos, ocho premolares y seis molares (dos más que en la superior). Casi todas las razas caninas poseen o deben poseer un ajuste perfecto de los caninos, de forma que la boca cierre de forma hermética. Este tipo de dentadura se llama de 'cierre de tijera'. Algunos tipos pueden tener como características específicas y no defectuosas el avance o retroceso de la mandíbula superior o inferior.

En el boxer concretamente se considera el prognatismo o avance de la mandíbula inferior, una característica racial que, por otra parte, faculta a estos animales para la mordedura progresiva o de 'presa', que hace que, sin soltar bocado, el perro vaya ganando terreno sobre la superficie o volumen de la presa enganchada.

Los perros cambian de dentadura juvenil, llamada 'de leche', compuesta por menos piezas, entre los tres o seis meses de edad, presentando, generalmente, todas las piezas a los siete u ocho meses. La edad aproximada de los canes puede intuirse por el estado de desgaste de los diferentes dientes, pero también deben tenerse en cuenta otras características fisiológicas y morfológicas, que todas juntas pueden determinar de forma más o menos cierta los años con que cuenta el perro. La particular forma de los dientes de estos animales con caninos, 'colmillos', cónicos, robustos y afilados propios para la 'sujeción' y los premolares cortantes, así como los molares, provistos de corona trituradora debe conservarse en el mejor estado posible, libre de sarro y, por supuesto exenta de canes.


Higiene de la dentadura canina

El mantenimiento de la blancura, salud y dureza de los dientes de los perros podría, en la mayoría de los casos, efectuarse de manera natural, ofreciendo a nuestros animales una alimentación correcta, tanto en textura como en composición alimenticia. El pan muy duro, los huesos porosos y otros principios comestibles son idóneos para este fin, pero en casos especiales o razas particulares, deben 'limpiarse los dientes del animal' con perborato sódico y agua diariamente, tras las comidas e incluso periódicamente deberá retirarse el 'sarro' acumulado, sencilla operación que siempre debe ejecutar el veterinario. La pérdida de dibujo de los incisivos, el redondeado y melladura de los caninos o 'colmillos' y otras deficiencias lógicas de la dentadura son frecuente e irremisiblemente producidas por la edad. Es relativamente común en ejemplares longevos la pérdida paulatina de las piezas dentarias, por lo que se recurre a las dietas blandas o purés hasta la consunción del animal. Otra de las alteraciones más frecuentes en los dientes de los perros es la fractura o desgaste prematuro de las piezas, producido por la afición a morder piedras u objetos metálicos.