El perro y el automóvil
Según las últimas estadísticas, más del 70 por 100 de los traumatismos y lesiones sufridos por los perros que no están aislados en fincas rurales, son originadas por accidentes de tráfico que en muchas ocasiones tienen consecuencias mortales para los canes y en un elevado porcentaje también pueden amenazar la integridad física e incluso la vida de los seres humanos.
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Motocicletas, automóviles y camiones de gran tonelaje recorren ciudades y carreteras contribuyendo al equilibrio de las sociedades industrializadas y al desarrollo de la vida moderna. ¿Quién no ha sufrido con sus propios perros una experiencia de esta clase? ¿Quién no ha visto o experimentado con harta frecuencia el atropello de un can o ha contemplado el despojo sanguinolento que, como mudo testigo, queda en una cuneta? En todos los casos, los perros no son culpables de nada. Son sus propietarios y la sociedad que permite el abandono canino o la proliferación de animales cimarrones o vaqabundos quienes deben asumir la responsabilidad de hechos tan graves.
El perro en la calle
El instinto natural de cualquier perro, sea de raza o bastardo, no le predispone a considerar las vías urbanas o interurbanas como zonas de alta peligrosidad. La obligación de los propietarios de llevar a sus ‘pupilos’ siempre sujetos por la correspondiente correa no es una medida arbitraria de las autoridades que siempre velan por el bien de sus administrados. El adiestramiento básico de obediencia, así como el estricto cumplimiento de las normas legales asegurará una protección suficiente contra la mayoría de los accidentes de circulación que tienen como causa o protagonista la figura del perro.
Mediante la disciplina, con una orden verbal, el amo puede ‘congelar’ el movimiento de su can que escapa tras algún congénere del recinto ajardinado, por donde se solaza, y la sujeción a la traílla durante el paseo por la calle impide la escapada.
El seguro canino
A pesar de todas las precauciones obligatorias aconsejables puede surgir el accidente. ¿Sabemos las consecuencias legales que pueden derivarse de los actos de nuestro perro? En muchas ocasiones desconocemos toda esta problemática legal, pero el desconocimiento de la ley no exime su cumplimiento y podemos encontrarnos demandados y condenados a la satisfacción de elevadas sumas de dinero.
Hoy día, casi todas las compañías de seguros, ofrecen pólizas caninas, cuya cuantíá está al alcance de todas las economías cubriendo elevados riesgos potenciales. Los riesgos cubiertos varían desde los daños producidos en ropas o enseres por agresiones directas, a los producidos por siniestros de circulación originados por el perro ‘asegurado’ e incluso los gastos de fianza del propietario virtualmente acusado de negligencia criminal.
Perros abandonados
Al comienzo del verano y al finalizar la temporada de caza, se producen en las inmediaciones de las grandes ciudades ‘abandonos masivos’ de perros que impiden a sus crueles amos el disfrute de unas vacaciones o que han dejado de ser rentables al paralizarse la actividad venatoria durante la que fielmente sirvieron a sus despiados dueños. ¿Cómo acabar con esta crueldad y este peligro potencial? ¿Qué medidas ha de tomar la sociedad y las autoridades pertinentes?… Dejemos estas cuestiones planteadas y apelemos a la conciencia de aquellos que no conocen al perro como su mejor amigo.