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Rocas Y Maderas Del Acuario

Elementos sólidos del acuario

Como se recordará, las cualidades fisicoquímicas del agua de las peceras tienen que ver mucho con las sustancias disueltas en el líquido o que en él van disolviéndose lentamente. Por ello nunca hemos de introducir en el acuario elementos que puedan descomponerse parcialmente por el efecto solvente del agua. Existen piedras muy decorativas con ojos, recovecos y grutas que, con frecuencia, integran la decoración de los tanques y que, la mayoría de las veces, son de composición calcárea y por tanto, absolutamente contraindicadas. Las maderas naturales, nunca barnizadas, por muy duras que sean, van pudriéndose al estar sumergidas, contaminando el medio del acuario y modificando, muchas veces, el pH y la dureza del agua.

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Las rocas del acuario

Deben tener una composición inalterable, no ser calcáreas, yesosas, metálicas ni sulfurosas, un tamaño adecuado y una forma armoniosa que evite las eventuales lesiones que el roce con sus aristas puede ocasionar a nuestros huéspedes. Los minerales o rocas preferibles son los de la serie del cuarzo, derivados del anhídrido silicico, cuarcitas, calcedonias, ónices, ágatas, sílex, etc., seguidos por trozos de fluorita cristalizada y otros similares. Los cantos rodados de río pueden utilizarse si son de estructura silícea. Las lavas volcánicas, obsidianas, escorias, así como esquistos, gneis y algunas serpentinas, son también muy apreciados e inocuos como elementos decorativos .

Normalmente, si no somos expertos geólogos o aficionados a la minerología, se nos presentarán dudas frecuentes respecto a muestras pétreas que, encontremos en la naturaleza o que nos aporten amigos y familiares. El aspecto exterior de una roca nunca nos ofrecerá la seguridad suficiente.


¿Cómo reconocer las rocas aptas?

Dos sencillos métodos, casi de cocina, nos permitirán reconocer en un alto porcentaje si las bellas piedras que tenemos pueden formar parte de ese entorno sumergido que nos apasiona: Cohesión de la muestra: Tras un lavado y hervido cuidadosos se procede a limpiar al chorro del grifo la roca a examen. Una vez limpia en apariencia, de tierra y arenilla, se hierve durante cinco minutos. El agua de esta cocción se guarda, y se cuece otro cazo con agua solamente. Con un equipo medidor de pH se tomarán muestras instantáneas, a las veinticuatro y a las cuarenta y ocho horas. Si los pH aparentes del agua de la piedra y de la muestra del grifo son iguales, la roca puede ser apta, si no hay que descartarla. La fase siguiente mide la cohesión y se realiza raspando con un cepillo metálico la muestra metida en un barreño con agua. Si suelta arenilla habrá de ser desechada, en caso contrario, pasará al examen químico.

Examen quimico: Se realiza con la roca introducida en un recipiente con agua que no sea muy grande, no importa que só1o cubra una parte del mineral. En este agua echamos unas gotas de ácido clorhídrico ‘2 normal’ (atención al manejo, pues es un líquido corrosivo). Si de la piedra, al cabo de unos instantes, parecen salir burbujas, hemos de desecharla, ya que tiene una composición calcárea.

Si no burbujea la muestra, se enjuaga bien y puede integrar la decoración del acuano . Las maderas o bambúes serán fosilizados, petrificados o bien se someterán a plastificado que cubra la totalidad de la superficie del objeto. Las maderas fósiles son muy caras y escasas, pero su efecto
decorativo es inigualable.