Myriophyllum sp
Descripción y origen
Plantas herbáceas de las que existen más de una treintena de especies y que pertenecen al género Myriophyllum, de la familia de las Halorragidáceas Estos vegetales, casi siempre sumergidos en aguas no excesivamente profundas bien iluminadas, estancadas o de corriente muy lenta, viven en casi todas las zonas lacustres dulces, especialmente en regiones templadas, tropicales o subtropicales.
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Tienen flores masculinas diferentes de las correspondientes femeninas, que se disponen en espigas o tallos florales cuya forma y composición varían según la especie a la que pertenezcan. Los frutos constan normalmente de cuatro semillas, que se separan cuando éstos llegan a la madurez. Las plantas suelen disponer de tallos alargados que nacen, a veces, conjuntamente, desde la zona radicular a partir de uno primero más o menos alargado, en el que las hojas filiformes, reducidas casi a finos pelillos, se ordenan en verticilos muy copiosos que parecen tupir por completo la mitad superior del tallo herbáceo, no muy grueso y bastante quebradizo.
Condiciones de mantenimiento
La temperatura del agua varía considerablemente según las especies que deseen plantarse, pero generalmente los límites extremos se sitúan entre 15 y 28 C. Requieren buena iluminación con la totalidad del espectro solar, que puede suministrarse mediante una rampa luminosa completa. La luz puede tamizarse eventualmente mediante una capa somera de especies flotantes: Salvinia o Riccia. El fondo espeso puede ser areno-limoso o incluso turboso para especies acidícolas, aunque casi nunca prosperan en sustratos de gravilla con escasos materiales finos y poca materia orgánica. Es mejor situarlos en manojos, no demasiado espesos, que se entierran cuidadosamente para no producir lesiones en los tallos ni en la masa radicular. Tras el asentamiento, conviene ‘tirar muy suavemente hacia arriba’, hasta descubrir el cuello de las plantas, ya que de otra manera, podrían producirse necrosis radiculares, obligando al nacimiento de otras raíces más altas, con la ‘consiguiente caída de hojillas parciales’ en una zona generalmente muy amplia del tallo.
Reproducción
La fructificación subsiguiente a la fecundación de las flores femeninas mediante el polen procedente de los órganos sexuales masculinos no es el método comúnmente empleado en acuariofilia, aunque asegure la diseminación y supervivencia de las especies, sobre todo de las que colonizan las zonas húmedas continentales sometidas a inviernos fríos rigurosos.
Por separacion de esquejes o aclareo de tallos, es decir, vegetativamente se obtienen resultados muy satisfactorios que, sin embargo, no han de inducirnos a olvidar la precaución de trasplantar poco a poco para evitar que por los cortes o heridas se produzcan emisiones de savia y jugos vegetales a veces tóxicos para algunos peces.
Si se recogen estas plantas de la naturaleza es muy importante no cambiar bruscamente la composición y temperatura del agua, pues de lo contrario se producen frecuentes caídas de hojas totales que ensucian y contaminan el acuario. Tampoco es recomendable recogerlas durante el otoño ni transportarlas descuidadamente.
Utilización
Muy buenas oxigenadoras y excepcionales como formadoras de ‘pantallas refugios’, suelen disponerse en manojos agrupados en rincones laterales o zonas de ‘horizonte’ anteriores a las que ocupan otras especies de follaje rotundo.