Riccia fluitans
Descripción y origen
Pequeña y delicada planta flotante que crece en masas entrecruzadas en la superficie del agua. Está constituida por un estrecho talo aplanado y alargado de forma irregular hasta una longitud de 3 ó 4 cm, que se enmaraña con sus propios hijuelos llegando a formar tapices de color verde pálido y algunos centímetros de espesor si las condiciones ambientales son óptimas, pudiendo, por contra, amarillear y pudrirse rápidamente en medios inadecuados o poco propicios. Botánicamente pertenece a las briofitas y más concretamente a las hepáticas flotantes.
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Existe ocasionalmente en casi todos los cursos de agua tranquilos del mundo entero, cuya temperatura no descienda por debajo de 15 C durante las épocas más frías del año.
Reproducción
Espontánea, por división del talo, puede formar capas espesas sobre los tanques adecuados en muy poco tiempo, pero también puede desaparecer casi ‘por arte de magia’ si no encuentra las condiciones ambientales adecuadas, amarilleando y adquiriendo posteriormente un aspecto parduzco y semitransparente. Por ello es muy conveniente, siempre que sea posible, repartir las masas de Riccia fluitans en todos los acuarios que podamos, incluyendo los de los amigos, ya que tras una limpieza o ‘cambio de agua’ y a veces sin razón aparente perdemos en pocos días esa fuente oxigenadora inapreciable formada por las intrincadas masas de esta preciosa planta tapizante.
Condiciones de mantenimiento
Requiere acuarios cuya temperatura oscile entre 18 y 25 C, con agua preferiblemente neutra, aunque se desarrolle sin problemas entre pH de 6,5 a 7,5. El agua debe ser bastante blanda, pudiendo habituarse a durezas próximas a 15 ó 17 DH de forma paulatina. La iluminaci6n que requiere es quizá uno de los factores limitantes, ya que sin ser escasa, no debe ser excesiva ni tampoco ‘sobrecalentar’ la superficie, lo que sucede con frecuencia en la mayoría de nuestros acuarios. Requiere una tapadera de cristal sobre el tanque de forma que la humedad se mantenga muy alta en la superficie libre del recipiente y puede evitarse el exceso térmico separando la rampa luminosa del extremo superior del acuario a una distancia mínima no inferior a los 6 ó 7 cm.
Utilización
Excelente oxigenadora y ‘madre de infusorios’, resulta insustituible para los acuarios de reproducción de muchas especies y conveniente para casi todas. Las masas flotantes de un verde claro intenso pueden ser mantenidas ligeramente sumergidas en taludes posteriores muy densamente plantados con musgo de java, al que se traban casi en superficie las Riccias, consiguiendo efectos estéticos de una belleza sin igual que, además, contribuyen al establecimiento de un equilibrio más estable en nuestro acuario. Estas combinaciones de musgo de java y Riccia permiten, asimismo, la supervivencia de alevines que encuentran en la maraña vegetal óptimos refugios frente a la voracidad de otros pobladores del acuario. No parecen ser afectadas por los caracoles que también proliferan, a veces en exceso, entre su fronda.
Las algas verdes ahogan y ensucian los ‘tapetes’ de Riccia, constituyendo enemigos difíciles de eliminar sin riesgo de debilitar también la planta que nos ocupa. Nosotros hemos utilizado, con buenos resultados, alguicidas distribuidos por firmas de gran solvencia en acuaricultura y en venta en casi todos los comercios especializados.