Plantas de Acuario: Cryptocoryne Sp.

PLANTAS DE ACUARIO
(Cryptocoryne sp.)


Descripción y origen

El género Cryptocoryne pertenece a la gran familia botánica de las Aráceas y comprende diversas especies subacuáticas, sumergidas o parcialmente superficiales, cuya intlorescencia suele emerger estando primero oculta entre las hojas en forma de porra y cubierta por la verde espata.

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Estas plantas, generalmente vivaces, se caracterizan por su sistema radicular rizomatoso y estolonífero. Las hojas, de limbo alargado con formas variables, suelen tener peciolos de sección circular u oval, finos y prolongados. El colorido diferente, según las especies, puede oscilar del verde claro uniforme hasta el verde intenso muy oscuro, con nerviaciones rojizas o con el envés rosado.

Proceden de los cursos tropicales, lagunas y zonas encharcadas del Sudeste asiático, especialmente India, Malasia y Borneo, de donde han sido exportadas a los acuarios del mundo entero.


Condiciones de mantenimiento

Casi todas las especies empleadas para decoración de los tanques ornamentales requieren aguas blandas o muy blandas 3-10º DH, atemperadas entre 18 y 30º C, si bien la temperatura óptima se cifra en 24 ó 25ºC. El pH puede oscilar entre 6 y 7, pero se estima que ha de ser ligeramente ácido. La iluminación que han de recibir será siempre débil, atenuada por una capa de plantas flotantes y rica en radiaciones
especiales para el crecimiento de los vegetales como las proporcionadas por ciertas lámparas
fluorescentes muy utilizadas en el montaje de acuarios y terrarios.

El substrato idóneo estará formado por una mezcla a partes iguales de arena fina, tierra de brezo, arcilla o limo y turba, con una buena circulación de nutrientes, asegurada por filtros biológicos 'de placa'.

C. affinis, C. balause, C. becketti y C. ciliata, por ejemplo, pueden estar continuamente sumergidas mientras C. lingua, prefiere ciertos períodos de emersión, en especial, durante la etapa juvenil.


Reproducción

La forma práctica, por otra parte muy común en el género, se debe basar en la proliferación del ahijado mediante la expansión de estolones y rizomas.

Cuando una planta perfectamente asentada y enraizada crece hasta alcanzar una dimensión óptima, su sistema radicular se engrosa y extiende bajo tierra, produciendo por brotación otros jóvenes retoños, que pueden separarse con un corte limpio para transplantarlos a otros recipientes distintos.

Cuando interesa forzar la brotación de jóvenes plántulas, puede desenterrarse cuidadosamente una planta madre de gran porte, que lleve varios meses en el mismo lugar. Si la raíz es gruesa y alargada, se cortan varios trozos procurando dejar la fracción más gruesa, rodeada de pequeñas raicillas bajo el tallo del vegetal inicial, que se reintegra a su emplazamiento primitivo. Los otros fragmentos de 3 ó 4 cm de longitud, se dejan en un recipiente con tierra saturada de agua, lo que acelera la formación de hijuelos.


Utilización

Consideradas vegetales nobles, las especies de porte medio o grande pueden emplearse en rincones o partes anteriores de fondos vegetales, en bases de roquedos artificiales, entre cepas sumergidas o maderas fósiles, que embellecerán con su indudable prestancia. Formas enanas pueden emplearse en planos medios aterrazados o para decorar rincones pedregosos, que ocultan la arena del substrato. En cualquier caso, son plantas de crecimiento lento y reproducción laboriosa muy apreciadas por todos los aficionados.