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Maderas Decorativas de Acuario

Tipos de madera y preparación previa

Aunque ya se han aconsejado para su empleo en acuariofilia todo tipo de sustancias fosilizadas o maderas petrificadas, se pueden utilizar
diferentes partes lignificadas de cepas, raíces y partes sumergidas de especies palustres y otras muestras especiales de la formación vegetal celulósica, conocida vulgarmente como madera.

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Es evidente que a pesar de la textura más o menos dura y resistente de las sustancias empleadas, éstas se irán degradando, pudriendo y deteriorando en el interior de los acuarios. Por esta razón, su inclusión debe efectuarse solamente en grandes recipientes que se controlen, al menos quincenalmente, respecto a pH, dureza, nitritos y nitratos, pero que además sean objeto de sifonados periódicos. La madera que puede usarse será de viña, cepas viejas, abédul, haya y otros tipos pesados poco sensibles a la pudrición y cuya característica principal sea la no flotación, es decir, que permanezcan en el fondo del tanque. Esta peculiaridad común a diferentes especies vegetales, suele darse en aquellas partes de troncos o raíces que crecen y viven semisumergidos o que han estado mucho tiempo en el interior del agua.

Elegidos los trozos más adecuados, será preciso lavarlos perfectamente al chorro fuerte hasta que no desprendan partículas de arena o de lodo. Sobre todo aquellas muestras que se recolectan del interior de charcas o pantanos, están muy sucias y se hace necesario lavarlas cuidadosamente. Una vez limpios, es preciso proceder a la ‘desinfección’ que se conseguirá, hirviendo en varias aguas, el trozo de madera. Muchas veces el gran tamaño del mismo no permite cocerlo fácilmente y tendrá que ser escaldado con agua hirviendo varias veces. Cuando sea posible la decocción, observaremos que el agua queda teñida de un color ámbar. Esta infusión es muy ácida y presagia la lenta disminución del pH del agua del acuario con que se decore la madera preparada. Tras las operaciones de talla, limpieza y desinfección, puede colocarse el tronco o raíz en un acuario de ‘cuarentena’ para observar la incidencia de su inclusión en las constantes del agua y en la vida de las especies ‘testigo’. Las maderas oscuras sobre las que se han hecho crecer plantas epifitas subacuáticas, son de una belleza espectacular, pero pueden
acidificar excesivamente el medio requerido.

Además, pueden emplearse cáscaras de coco desprovistas de las fibras externas y bien peladas interiormente. En ambos casos, se utilizan
briznas de musgo de Java que se entrelazan a las superficies irregulares o se ‘sujetan’ colocando sobre ellas las maderas. A los pocos meses, el musgo de Java habrá prosperado utilizando el soporte leñoso y recubrirá como un tapiz la pieza completa pareciendo nacer de ella. Es importante recordar que la velocidad de destrucción de la madera, es mucho mayor en un acuario que en la naturaleza y no es extraño que al efectuar una limpieza periódica, se despresdan ‘terrones’ de residuos podridos. Cuando dispongamos de maderas duras que sean flotantes, se procederá a lastrar la base con rocas silíceas hasta que la pieza se estabilice perfectamente en el interior del tanque. Nunca se olvidará que esta práctica es sólo aconsejable para aficionados experimentados o profesionales debiendo los poco avezados olvidar las maderas naturales y sustituirlas por otras fosilizadas o por rocas silíceas. La desinfección con productos como el azul de metileno, la mercromina o el alcohol no es
demasiado aconsejable en el caso de las maderas, siendo preferible recurrir al ya descrito método del escaldado.