Los fondos del acuario
El material o sustancias só1idas que constituyen ‘el piso’ de los recipientes para mantenimiento o cría de peces de adorno, es una de
las partes fundamentales del conjunto. Estructura, textura, composición físico-química y profundidad del lecho son factores condicionantes de las especies vegetales y animales que podemos tener en el acuario. Muchas veces el tipo de soporte o suelo sumergido está condicionado por el tamaño y forma del recipiente, ya que, por ejemplo, es imposible preparar un fondo arenolimoso en una pequeña construcción de 20 l sin que se produzcan problemas de turbidez del agua y enormes deficiencias en la filtración.
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De importancia secundaria en cuanto a la consecución del delicado equilibrio que debemos lograr en el tanque acuático, pero muy llamativos estéticamente, son los fondos interiores o exteriores correspondientes al plano opuesto a la cara vista. Planchas delgadas de esquistos insolubles, escorias tratadas, ‘kits’ de montaje, placas de corcho rebajadas y lastradas son materiales válidos para conseguir ese ‘efecto submarino’ tan perseguido por los aficionados al tema. Otra solución menos complicada, y que puede usarse de forma alternativa o complementaria con la anterior, estriba en adosar exteriormente por el cristal trasero láminas con fotografía de fondos rocosos subacuáticos, de cañas de bambú o de vegetales sumergidos, de forma que cubran completamente la superficie y que por transparencia, al instalarse y llenarse el tanque, permitan entrever un fondo ‘natural’ que dota de una sensación de profundidad al conjunto.
Tipos de suelos
Las exigencias biológicas y estéticas de cada especie o grupo permiten una clasificación operativa, en absoluto sistemática, de los substratos minerales u orgánicos más utilizados.
Fondos rocosos o pedregosos
Indicados para ciertas especies ‘de agua fría’, grandes cíclidos y algunos carácidos. Imitan los lechos de los ríos cubiertos de ‘cantos rodados’, pulidos y redondeados. Son muy aptos para acuarios de reducido tamaño, entre 40 y 80 l de capacidad, aunque exigen el empleo de macetas para albergar las plantas sumergidas, con esquistos o corchos lastrados que disimulen los recipientes.
Fondos arenosos
Son los más comúnes y utilizados, ya que son aptos para plantar directamente los vegetales y efectuar decoraciones y efectos diversos. Se construyen con capas de arena de silice de diferente calibre y han de tener una altura mínima de 8-10 cm. Pueden combinarse con lechos rocosos y aterrazarse mediante la sujeción de la arena con placas estrechas de esquistos cuarcíferos. Permiten los filtros interiores ‘de placa’.
Fondos limosos
Solamente pueden prepararse en acuarios grandes y profundos, de más de 180 l de capacidad y deben combinarse con arena de silice más o
menos fina, dependiendo de la textura final deseada. Permiten la plantación de casi todos los vegetales subacuáticos conocidos y requieren una capa de suelo de 12-15 cm de espesor y filtros de placa de elevado rendimiento.
Suelos turbosos
También combinados con arena, son muy adecuados para acuarios de agua muy blanda y ligeramente ácida. Son, junto con los anteriores,
‘fondos para especialistas’ no aconsejables para aficionados.
Suelos combinados
Formados como mezclas de los anteriores, bien homogéneamente distribuidos o ‘por rodales’ en el mismo recipiente.