Materias filtrantes más comunes
Los filtros son partes fundamentales del acuario moderno, cuya efectividad dependerá de las características físico-geométricas del aparato, del caudal de aire que admite y que, lógicamente, arrastre al agua que debe ser filtrada y, como no, del material utilizado para que se produzca la depuración.
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La finalidad última consiste en la total separación de las partículas só1idas, de pequeño tamaño, que van en suspensión en el agua del recipiente de forma que estas impurezas queden retenidas en el medio filtrante. En realidad, se produce una limpieza física que en algunos tipos de filtros pueden comportar incluso una determinada acción bacteriana o biológica complementaria.
Arena, perlón, fibras sintéticas, goma-espuma, turba y carbón activo, son las substancias más comunes que utiliza el aficionado para filtrar el agua de su acuario intentando conseguir un equilibrio específico.
Disposición de los distintos elementos
La acción progresiva de cualquier tipo de filtro exige para una mayor rendimiento que las materias en suspensión más gruesas sean retenidas en una primera fase entre los poros de la arena de cuarzo no demasiado fina. A pesar de esta primera cortina ‘limpiadora’, todavía tenemos un líquido cargado de desechos en suspensión, que ha de pasar otro tamiz, por ejemplo, la lana de vidrio, goma-espuma o perlón tras el que será sometido al último tramo provisto de carbón activo finamente dividido, cuya porosidad efectúa algo más que una depuración simplemente mecánica, pues puede retener ciertas bacterias originando de hecho una ‘purificación’ casi bioquímica, aunque reiteramos que la concepción del filtrado es un fenómeno puramente físico.
La utillzación de turba puede combinarse en algunos casos a las superficies de ciertos filtros exteriores que requieren mantener un medio ácido o ligeramente ácido. Es, sin embargo, muy conveniente hervir la masa de turba que vayamos a utilizar varias veces desechando el líquido resultante de la decocción.
Esta ‘infusión’, de color pardo, se irá aclarando paulatinamente hasta oscurecer muy ligeramente el agua. Este es el momento de utilizar el bloque de turba como auxiliar en el filtrado antes de la fase correspondiente al carbón activado. Algunos aficionados hierven una o dos veces solamente la turba, pudiendo colocarla antes o después del carbón. En este último caso, sólo se pretende el uso de este carbón vegetal como material acidificante que, suele comunicar al agua una coloración muy caracteristica como de ‘agua vieja’, que es sumamente apreciada por los acuarófilos.
Carbón activado
Es uno de los elementos indispensables como substancia filtrante, ya que funciona como una densa malla imaginaria que retuviera las finas partículas de desechos en suspensión, pero que, además, mediante el bloqueo de ciertas bacterias, puede realizar, y de hecho así actúa, una auténtica limpieza del agua que va más allá del fenómeno físico, pudiendo asimilarse a una depuración químico-biológica.
Cuando este fenómeno se realiza en un filtro interior, ‘de placa’ o ‘de fondo’, se crea un microclima muy adecuado para el enraizamiento de los vegetales sumergidos. Las plantas acuáticas pueden aprovechar los residuos orgánicos transformados a través de ciertos procesos bacterianos, estab!eciendo un suelo idóneo de acuario.