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Ciclidos Africanos

CICLIDOS AFRICANOS

Un aluvión de nuevas especies, formas y variedades

La aclimatación de los primeros cíclidos del lago Malawi y su rápida difusión entre los aficionados del mundo entero, vino a engrosar la lista de los típicos peces africanos como Tilapia sp. y el Hemichromis bimaculatus o pez joya, cuyo mantenimiento y reproducción en cautividad eran etapas afortunadamente cubiertas, asimilando la curiosa ceremonia nupcial a los más conocidos cíclidos sudamericanos, excepto en la curiosa incubación bucofaríngea del ‘Boca incubadora egipcio’ Pseudocrenilabrus multicolor o el Sarotherodon mossambicus.

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Desde el ya popular, barato y prolífico Pelmatochromis kribensis, también denominado Pelvicachromis pulcher hasta Pseudotropheus auratus, P. zebra Labeotropheus trewavasae L. fuellebomi, Tilapia buttikoferi, Julidochromis ornatus, Tropheus moorii, T. duboisi, Haplochromis burtonii, H. Iivingstonii y un largo etcétera, estos representantes tropicales bellos, resistentes y generalmente áclimatables, hasta criar con relativa facilidad, pueden considerarse la ‘nueva generació’ de peces de acuario de agua dulce.

La adquisición de ejemplares, generalmente un grupo o una buena pareja de cría, ha de ser asesorada por el proveedor entendido y mejor aún complementada con un buen libro monográfico sobre estos animalitos y cuantos artículos especializados podamos procurarnos. La bibliografía más extensa y fiable suele ser alemana e inglesa, por lo cual hemos de contar el gasto de traducción, si no conocemos el idioma, como un complemento en la aventura con estos multicolores representantes de la familia de los cíclidos.

Normas generales de mantenimiento

A pesar de que algunas especies denominadas enanas alcanzan longitudes máximas de 8 a 9 cm, la mayoría puede superar los 12 ó 15, necesitando acuarios grandes con bastante altura, decorados con un paredón posterior rocoso en el que han de dejarse refugios, entrantes y salientes, así como rocas sueltas en el suelo y rincones, que se irán apilando en ‘escalera’ hasta alcanzar la cara posterior. El lecho del tanque estará compuesto esencialmente por arena de diferente calibre, que forme una capa de 10 a 15 cm de altura. También se disponen cantos rodados cuarcíferos, maderas fósiles y cepas naturales no corruptibles. Los vegetales sumergidos pueden intentarse en rincones protegidos y previo enmacetado, pero en muchos casos serán arrasados o desenraizados por los peces.

Un gran recipiente puede albergar un grupo de diez o doce ejemplares, que según la especie al llegar a la madurez establecen una rígida e incluso feroz escala jerárquica o se separan por parejas, que desean apropiarse de un territorio de cría. En este último caso se aíslan los futuros progenitores hasta que hayan conseguido la procreación. Algunas especies precisan la separación de sexos tras la postura, ya que los enardecidos galanes pueden llegar a matar a sus compañeras.

Otros necesitan un período de ‘descanso’ antes de reintegrarse al grupo general, donde deben reconquistar su puesto en la particular escala social.

La temperatura del agua variará entre 24-32 ºC y en ocasiones será aconsejable un medio ligeramente salobre.

El capítulo de alimentación debe resolverse con abundante alimento vivo o con algas adheridas a las rocas para otras especies vegetarianas, que pueden también aceptar espinaca o lechuga hervidas y reducidas a puré, ova de río, etc.