Huéspedes del terrario
Muchas especies animales de diferente talla y configuración fisiológica pueden ser mantenidas e incluso criadas en los vivarios secos, hábitats confinados que carecen de tanque de agua. También reciben el nombre de terrarios y su calificativo de secos no es estrictamente exacto, ya que deben disponerse recipientes bebederos y plantas verdes, que han de recibir agua de riego en mayor o menor cantidad.
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Insectos, arácnidos, ciertos crustáceos. reptiles diversos e incluso determinados roedores podrán ser las estrellas invitadas de esos pequeños volúmenes acondicionados, en donde observar la evolución de la vida animal, tal vez durante varias generaciones.
En el terrario seco pueden mantenerse las constantes climáticas necesarias: temperatura, humedad relativa, iluminación incluida las radiaciones U.V. en pequeñas dosis periódicas e incluso puede ser mantenida una vegetación limitada mediante la plantación en bandejas intercambiables de plantas muy diversas. El biotopo ideal rocoso, arenoso o mixto ha de ser reproducido de forma sencilla, sin decoraciones recargadas que puedan complicar las operaciones de mantenimiento y conservación. También el recipiente destinado para vivario, insectario o terrario tendrá la estanqueidad requerida para evitar que puedan escaparse sus moradores o sus eventuales presas vivientes. Cuando alojemos especies
que requieran descanso invernal o hibernación, deben preverse las variaciones de iluminación (días cortos) y temperaturas relativamente bajas, que son imprescindibles durante estos periodos.
Si deseamos mantener y reproducir insectos con metamorfosis complicada, deberemos prever los sustratos necesarios en cada estado de desarrollo e incluso simultanearlos, pues, a veces, las poblaciones de una determinada especie tienen edades heterogéneas. Lagartijas y lagartos necesitarán, en general, un terrario amplio, acondicionado con plantas crasuláceas o xerofíticas con zonas rocosas que presenten agujeros y hendiduras aptos para madrigueras, pero que no corran el riesgo de moverse y aplastar a nuestros huéspedes. Esto puede conseguirse uniendo con cemento las piedras que se colocan sucesivamente en el recipiente.
Una zona arenosa y otro rincón bien plantado pueden satisfacer las necesidades de espacio de multitud de pequeños reptiles. Las salamanquesas, típicos saurios cosmopolitas, pueden vivir largos años en vivarios casi exclusivamente rocosos, que reciban de vez en cuando una suave pulverización de agua potable.
Lagartos, lagartijas, salamanquesas etcétera, suelen alimentarse total o parcialmente de insectos y en la mayoría de los casos de insectos vivos que hemos de obtener en otros recipientes. Los insectarios de exhibición, de estudio o como simples ‘granjas de comida viva’ son una variante de terrarios, secos o acuaterrarios dependiendo de la especie de la clase insecta que queramos mantener. Los ‘saltamontes’ y ‘langostas’ son fáciles de reproducir siguiendo normas bastante estrictas. También ciertos coleópteros xilófagos, devoradores de madera, se desarrollan perfectamente en cautividad, aunque su desarrollo se prolongue a veces más de seis o siete años. Una simple botella, de las utilizadas como envases de leche, puede ser un recipiente de cría de pequeñas moscas del vinagre, del género ‘Drosophila’.
El sustrato soporte es a la vez alimenticio y en ese pequeño volumen pueden conseguirse simultáneamente larvas, gusanitos, y adultos, moscas diminutas, de esta curiosa y vulgar especie que sirve de precioso alimento a otros animales.