Diario de Xenai – 25 de noviembre de 2024
Hoy ha sido un día lleno de juegos y sorpresas. La mañana comenzó con el sol brillando a través de las ventanas, despertándome con su cálida luz. Como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas. Me encanta empezar el día así, con amor y atención.
Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, y yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. Hoy no había nada especial en el menú, pero el simple hecho de estar con mi familia ya hacía que todo fuera perfecto.
Después de desayunar, Manuel sugirió que saliéramos al jardín para jugar un poco. "¿Lista para una mañana de juegos, Xenai?" preguntó con entusiasmo.
"¡Sí, sí, sí!" pensé mientras movía la cola con entusiasmo. No hay nada que disfrute más que correr y jugar al aire libre.
Manuel lanzó mi pelota favorita, y corrí tras ella con todas mis fuerzas. El aire fresco y la hierba bajo mis patas me hacían sentir libre y feliz. Sara se unió a nosotros, lanzando la pelota una y otra vez, y yo no podía dejar de correr y saltar.
Después de un buen rato de juego, comencé a sentirme un poco cansada. Pero la emoción del momento me mantenía en movimiento. Sin embargo, en un momento dado, mientras estaba persiguiendo la pelota, me detuve y me tumbé en el césped. El sol era tan cálido y el césped tan suave que, sin darme cuenta, mis ojos comenzaron a cerrarse.
"¿Xenai, te has cansado?" preguntó Sara, acercándose a mí con una sonrisa.
"Solo un pequeño descanso", pensé mientras me acurrucaba en el césped, sintiendo cómo el sueño me envolvía.
Manuel se rió suavemente. "Parece que nuestra pequeña aventurera ha tenido suficiente por ahora."
Me quedé dormida allí mismo, en medio del jardín, con la pelota aún cerca de mí. El sonido de las hojas moviéndose con el viento y el canto de los pájaros me arrullaron en un sueño profundo y reparador.
Cuando desperté, el sol ya estaba más alto en el cielo, y Sara y Manuel estaban sentados cerca, disfrutando de una bebida refrescante. Me levanté, sacudiendo el sueño de mi pelaje, y me acerqué a ellos, moviendo la cola.
"¿Has tenido una buena siesta, Xenai?" preguntó Manuel, acariciándome la cabeza.
"Sí, gracias", ladré suavemente, sintiéndome renovada y lista para más aventuras.
Por la tarde, nos fuimos al parque. Hoy había muchos otros perros y humanos disfrutando del buen tiempo. Hice nuevos amigos y jugué a perseguirnos por todo el lugar. También vi a algunos de mis viejos amigos del vecindario, y nos divertimos mucho corriendo y saltando juntos.
De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras y juegos.
La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.
Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.
Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.