Diario de Xenai – 26 de mayo de 2025
Hoy ha sido un día lleno de sorpresas y emociones inesperadas. La mañana comenzó con el sol brillando a través de las ventanas, despertándome con su cálida luz. Como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas. Me encanta empezar el día así, con amor y atención.
Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, y yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. Hoy no había nada especial en el menú, pero el simple hecho de estar con mi familia ya hacía que todo fuera perfecto.
Después de desayunar, decidí explorar un poco la casa mientras Sara y Manuel se preparaban para el día. Fue entonces cuando, al pasar por el salón, noté algo pequeño y oscuro moviéndose en el suelo. Me acerqué con curiosidad, solo para descubrir que era una araña.
Al verla, di un salto hacia atrás, sorprendido por su presencia. "¡Oh, no, una araña!" pensé, mientras mi corazón latía con fuerza. Comencé a ladrar, tratando de alertar a Sara y Manuel de mi descubrimiento.
"¿Qué pasa, Xenai?" preguntó Manuel, entrando en el salón al escuchar mis ladridos.
"¡Araña!" ladré, señalando con mi hocico hacia el pequeño intruso.
Sara se unió a nosotros y, al ver la araña, se rió suavemente. "Es solo una pequeña araña, Xenai. No te hará daño", dijo, agachándose para observarla más de cerca.
A pesar de sus palabras, no podía evitar sentirme un poco nerviosa. La araña, ajena a mi reacción, continuó su camino por el suelo, moviéndose con sus patas largas y delgadas.
Manuel se acercó y, con cuidado, tomó la araña con un vaso y un papel. "Vamos a llevarla afuera, donde pertenece", dijo, llevándola al jardín.
Observé desde la puerta mientras Manuel liberaba a la araña en el césped. Me sentí un poco más tranquila al saber que estaba de vuelta en su hogar natural, lejos de mi espacio seguro.
"Ves, no hay nada de qué preocuparse", dijo Sara, acariciándome la cabeza con cariño. "Eres muy valiente, Xenai."
Después de mi pequeño encuentro con la araña, decidimos salir al jardín para disfrutar del buen tiempo. Corrí de un lado a otro, persiguiendo mi pelota y disfrutando de la libertad del aire libre. Sara y Manuel se sentaron en el porche, observándome con cariño.
Por la tarde, nos fuimos al parque. Hoy había muchos otros perros y humanos disfrutando del buen tiempo. Hice nuevos amigos y jugué a perseguirnos por todo el lugar. También vi a algunos de mis viejos amigos del vecindario, y nos divertimos mucho corriendo y saltando juntos.
De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras y juegos.
La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.
Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.
Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.