Diario de Xenai – 30 de junio de 2025
Hoy ha sido un día lleno de sorpresas y magia invernal. Aunque es inusual ver nieve en esta época del año, la mañana comenzó con una ligera nevada que cubrió el vecindario con un manto blanco y brillante. Me desperté con el sonido suave de los copos de nieve cayendo y, como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas.
"¡Mira, Xenai! Está nevando", dijo Sara, señalando hacia la ventana. Mi curiosidad se despertó de inmediato, y me acerqué para ver el espectáculo invernal.
Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, pero mi mente ya estaba en el jardín, donde la nieve me llamaba a jugar. Tan pronto como terminé de comer, Manuel sugirió que saliéramos a disfrutar del clima inusual.
"¿Lista para jugar en la nieve, Xenai?" preguntó Manuel con entusiasmo.
"¡Sí, sí, sí!" pensé mientras movía la cola con entusiasmo. No hay nada que disfrute más que explorar y jugar en la nieve.
Al salir al jardín, la vista era simplemente mágica. Los copos de nieve caían suavemente, y el suelo estaba cubierto de un manto blanco y esponjoso. Corrí de un lado a otro, dejando huellas en la nieve fresca, y luego me detuve para observar los copos que caían del cielo.
Fue entonces cuando decidí intentar atrapar algunos con la boca. Salté y abrí la boca, tratando de capturar los copos mientras caían. La sensación de los copos fríos derritiéndose en mi lengua era extraña pero divertida, y no pude evitar seguir intentándolo.
Sara y Manuel se rieron al verme tan entretenida. "¡Mira a Xenai, está tratando de atrapar la nieve!" exclamó Sara, sonriendo.
"Es una perrita muy curiosa", agregó Manuel, tomando algunas fotos para capturar el momento.
Después de un buen rato de juego, me acerqué a Sara y Manuel, moviendo la cola y con la lengua fuera, disfrutando del aire fresco y la nieve. "Parece que alguien ha tenido un buen ejercicio", dijo Sara, acariciándome la cabeza.
Pasamos el resto del día disfrutando de la nieve, haciendo pequeñas bolas de nieve y jugando juntos. Hice nuevos amigos, otros perros que también estaban disfrutando del día, y juntos corrimos y jugamos hasta que el sol comenzó a ponerse.
De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño para quitarme la nieve, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras en la nieve y juegos al aire libre.
La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.
Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.
Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos en la nieve y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.