Diario de Xenai – 19 de mayo de 2025
Hoy ha sido un día lleno de diversión y momentos de pura felicidad. La mañana comenzó con el sol brillando a través de las ventanas, despertándome con su cálida luz. Como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas. Me encanta empezar el día así, con amor y atención.
Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, y yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. Hoy no había nada especial en el menú, pero el simple hecho de estar con mi familia ya hacía que todo fuera perfecto.
Después de desayunar, Manuel sugirió que fuéramos a la playa. "¿Qué te parece un día de arena y sol, Xenai?" preguntó con entusiasmo.
"¡Sí, sí, sí!" pensé mientras movía la cola con entusiasmo. La playa siempre es un lugar lleno de aventuras y nuevos olores.
Al llegar a la playa, el sonido de las olas y el olor a sal me llenaron de emoción. Corrí hacia la arena, sintiendo la textura suave bajo mis patas. Sara y Manuel me siguieron, riendo mientras yo exploraba cada rincón.
Fue entonces cuando encontré un lugar perfecto para revolcarme. La arena estaba cálida por el sol, y no pude resistir la tentación de tirarme al suelo y rodar de un lado a otro. El mundo se convirtió en un torbellino de arena y risas mientras me revolcaba con entusiasmo.
"¡Mira a Xenai, está disfrutando al máximo!" exclamó Sara, observándome con una sonrisa.
"Es una perrita feliz", agregó Manuel, tomando algunas fotos para capturar el momento.
La sensación de la arena en mi pelaje era extraña pero agradable, y no podía dejar de moverme. Me detuve solo para sacudirme y ver cómo la arena volaba a mi alrededor, antes de volver a tirarme al suelo para seguir disfrutando.
Después de un buen rato de juego, me acerqué a Sara y Manuel, moviendo la cola y cubierta de arena de la cabeza a las patas. "Parece que alguien necesitará un buen baño después de esto", dijo Sara, riendo mientras me acariciaba.
Pasamos el resto del día en la playa, jugando en la arena y chapoteando en el agua. Hice nuevos amigos, otros perros que también estaban disfrutando del día, y juntos corrimos y jugamos hasta que el sol comenzó a ponerse.
De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño para quitarme toda la arena, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras en la playa y juegos en la arena.
La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.
Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.
Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.