Diario de Xenai – 7 de abril de 2025
Hoy ha sido un día lleno de descubrimientos y momentos inesperados. La mañana comenzó con el sol brillando a través de las ventanas, despertándome con su cálida luz. Como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas. Me encanta empezar el día así, con amor y atención.
Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, y yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. Hoy no había nada especial en el menú, pero el simple hecho de estar con mi familia ya hacía que todo fuera perfecto.
Después de desayunar, Manuel me sorprendió con algo nuevo. "Xenai, tengo algo especial para ti", dijo mientras sacaba una pequeña bolsa de papel de la despensa. La abrió y el aroma que salió era completamente desconocido para mí.
"¿Qué es eso?" pensé, moviendo la cola con curiosidad mientras me acercaba para investigar. Olfateé el aire, tratando de identificar el nuevo olor. Era una mezcla de hierbas y especias que nunca había olido antes.
"Es una mezcla de hierbas secas", explicó Manuel, sonriendo al ver mi curiosidad. "Quería ver cómo reaccionabas."
Me acerqué más y metí mi hocico en la bolsa para olfatear mejor. El aroma era tan fuerte que, de repente, sentí un cosquilleo en mi nariz. Antes de darme cuenta, comencé a estornudar repetidamente.
"¡Achís! ¡Achís! ¡Achís!" resonó en la cocina, mientras Sara y Manuel se reían suavemente.
"¡Oh, Xenai! Parece que eso fue un poco demasiado para ti", dijo Sara, acariciándome la cabeza mientras yo seguía estornudando.
Finalmente, los estornudos cesaron y me sacudí, un poco aturdida pero todavía curiosa. A pesar de la reacción, el aroma seguía siendo intrigante, aunque decidí mantener una distancia segura por el momento.
"Bueno, al menos sabemos que tienes un buen sentido del olfato", comentó Manuel, todavía sonriendo.
Después de mi pequeño incidente con las hierbas, decidimos salir al jardín para disfrutar del buen tiempo. Corrí de un lado a otro, persiguiendo mi pelota y disfrutando de la libertad del aire libre. Sara y Manuel se sentaron en el porche, observándome con cariño.
Por la tarde, nos fuimos al parque. Hoy había muchos otros perros y humanos disfrutando del buen tiempo. Hice nuevos amigos y jugué a perseguirnos por todo el lugar. También vi a algunos de mis viejos amigos del vecindario, y nos divertimos mucho corriendo y saltando juntos.
De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras y juegos.
La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.
Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.
Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.