Las semillas de los vegetales
Son generalmente formas transformadas de los óvulos fecundados pertenecientes a plantas con reproducción sexual, que son capaces de evolucionar en condiciones favorables, para llegar a formar otras plantas completas de su misma especie. La semilla puede estar ‘latente’ durante periodos muy variables de tiempo, es decir, que puede resistir condiciones desfavorables hasta su germinación, de varios días, en algunas frondosas, o de bastantes años, como en ciertas gramíneas. La composición química de las semillas, como corresponde a su función, es muy rica y concentrada en sustancias altamente energéticas, que además durante el proceso de germinación, incluyen vitaminas y fitohormonas en cantidades variables.
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Muchas aves son exclusiva o parcialmente granívoras, es decir, que se alimentan de las semillas de un amplio espectro de vegetales herbáceos o arbóreos. El fruto que suele contener una o varias semillas es una transformación del ovario floral y puede ser carnoso o seco. En el primer caso, muchas especies botánicas atraen a diversos animales, ofreciéndoles la carne y pulpa de sus frutos, de forma que ingieran total o parcialmente las correspondientes semillas y éstas pueden así ser transportadas y diseminadas en lugares diferentes, con la protección y el abono suplementario de la deyección orgánica, entre la que son devueltas a la tierra. No ocurre así cuando es la propia semilla la que es destruida e ingerida como alimento, pero la gran cantidad que producen las plantas, así como el hecho mecánico de la ingestión, previo picoteo por las aves granívoras, favorece el desprendimiento y la diseminación por la tierra de aquellas que no son devoradas. Las aves granívoras que pueden mantenerse y criarse en cautividad deben recibir mezclas normalmente variadas de estos granos, que pueden adquirirse en envases ya reparados por las firmas dedicadas a la nutrición animal, o bien son conseguidas en herbolarios y comercios dedicados a la venta de semillas, permitiendo así que cada aficionado prepare sus propias mezclas en las proporciones que él crea más conveniente.
Es evidente que la cría o simple mantenimiento de especies comunes como canarios, periquitos, jilgueros, etc. no necesitará generalmente la formulación de ‘alimentos de laboratorio’ y suele ser preferible comprar las cajas con la proporción justa de los distintos ingredientes, que además suele incluir vitaminas y conservantes estudiados por las firmas solventes del ramo. Sin embargo, cuando deseamos reproducir o aclimatar pajarillos poco comunes o de elevado precio, nosotros preferimos ajustar nuestras propias fórmulas.
Obtención y conservación de las semillas
El almacenamiento del grano adquirido en los comercios, ya bien seco y perfectamente conservado, puede realizarse en recipientes de vidrio herméticos, que en el caso de semillas ricas en aceite serán puestos a 4ºC en frigorífico, para evitar enranciamientos.
Muchas semillas no se consiguen fácilmente en los comercios o no son objeto de mercado. En estos casos hemos de recoger directamente en el campo o solicitar a universidades, cátedras de botánica o farmacia unas cuantas semillas que nos permitan iniciar un reducido cultivo de esos vegetales preciosos para la nutrición de nuestras aves.
Tanto se cultiven o recolecten de la naturaleza las semillas deseadas hemos de permitir su ‘secado’ antes de almacenarlas, pues sino podrían pudrirse y llenarse de hongos parásitos.