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Cria de Inseparables

Formación de las parejas

El elevado precio de estos preciosos loritos no permite en muchas ocasiones dejar que las parejas se elijan de forma natural entre los ejemplares de una bandada. Lo ideal sería disponer de un gran jaulón o pajarera interior en el que se sueltan diez o doce jóvenes de la misma especie, que paulatinamente se irán uniendo para formar ese casal indisoluble durante la vida de alguno de los componentes que no suele pervivir a la muerte o separación del compañero.

/+/+CRIA DE INSEPARABLES

Los inseparables enmascarados y los de Fischer se cruzan entre sí con suma facilidad, siendo, en la actualidad, problemática la adquisición de ejemplares de raza pura. La especie ‘roseicollis’ cría también sin problemas y es más factible su pureza de raza.

El cortejo muy ritualizado puede producir situaciones curiosas entre inseparables de especies distintas o entre híbridos que reaccionan de manera ‘mixta’ a los estímulos de los preámbulos amorosos.

Tras la separación de la pareja, se aísla ésta en una habitación pajarera o en un jaulón de 80 cm de longitud por 40 cm de anchura y 50 cm de altura, en el que se dispondrán una o dos calas de anidar de madera, similares a las utilizadas para los periquitos que tengan una superficie del fondo de 12 por 12 cm, como mínimo, y una altura de 25 cm, siendo el orificio de entrada circular con un diámetro óptimo de 4,5 cm.

Preparación de materiales y alimentación

Dispuesto el jaulón con los nidales respectivos se facilitará, a los inseparables, ramitas tiernas, hierbas de heno o alfalfa, hilas de pelote y otros materiales tradicionales.

La preparación del nido, más activa por parte de la hembra, puede ser laboriosa, forrando el interior de la cajita con una trama elaborada o muy somera, depositando apenas algunas briznas de los materiales que les fueron ofrecidos.

La dieta preparatoria debe contener una mezcla de semillas de alpiste mijo, pipas de girasol, cañamones y trocitos de cacahuete fresco, que será abundantemente complementada con lechuga, escarola, diente de león y otros alimentos verdes a los que debe añadirse fruta troceada: pera, manzana o membrillo, e incluso una buena mezcla para insectívoros adicionada con hígado de ternera fresco, finamente troceado, y ninfas de hormiga, pupas de mosca de la fruta o drosophilas, así como algún gusano de la harina. En el bebedero se pueden añadir una o dos gotas de un complejo de vitaminas E, K y D, que sobran si se les ha dotado de la dieta indicada.

Cuando a pesar de tener la certeza de poseer una pareja que ha efectuado libremente la elección de compañero y disponer todos los elementos precisos para la cría, transcurre el tiempo y no se ha iniciado el arreglo del nido ni la puesta de los huevos, se colocará el jaulón al exterior durante una tormenta de verano, cuidando de proteger el techo para que los animalitos no se mojen. Este pequeño truco suele dar muy buenos resultados con inseparables y periquitos, estimulando el afán de procreación no siempre fuerte en climas y condiciones alejados de su medio ambiente natural.

Agotadas todas las tentativas, puede ocurrir que nos hayamos precipitado o confundido al separar lo que nosotros considerábamos macho y hembra. En este caso, no demasiado frecuente, debemos devolver a una habitación pajarera los dos ejemplares, permitiéndoles el contacto con otros animales de su especie. A veces, se forma, de esta guisa, una auténtica pareja que podrá reproducirse sin demasiadas dificultades.