La difícil elección
La posesión de una cacatúa, papagayo, cotorra o periquito es quizá una constante para la mayoría de los amantes de los animales domésticos. Los atractivos de los brillantes colores, larga vida y posibilidades de adiestramiento e incluso imitación de sonidos como la voz humana son tentaciones casi irresistibles que nos llevarán a procurarnos alguna de estas aves. Sin embargo, las psitáceas tienen muchísimos representantes, de los que una gran parte son comercializados por empresas especializadas en la venta de los variados animales domésticos.
El ansioso aficionado primerizo debe analizar profundamente para qué quiere su loro, cuáles son las disponibilidades de espacio que podrá ofrecerle y la cantidad de dinero que puede dedicar a la compra de percha, jaula e inquilino.
/+/+La finalidad de mantener, observar y criar algunas especies necesita, como condición primera, la disponibilidad de pajareras exteriores, que limitan enormemente la vulgarización de esta actividad. Además, el elevado precio de muchos de estos pájaros rinde prohibitiva la afición. La elección así queda bastante condicionada en el supuesto anteriormente apuntado pero otra cosa muy distinta es la adopción como ‘mascota’ de cualquier papagayo o cacatúa que tengamos pensado adquirir.
Si deseamos un ‘loro’ que hable, con brillante colorido, susceptible de vivir en una ‘percha’ hemos de canalizar la atención pormenorizada a la descripción individualizada de las especies más comunes. El precio de un solo ejemplar, por relativamente caro que resulte se hace más asequible pensando, sobre todo, la probabilidad de vida que nos acompañará durante muchos años.
Yacos africanos y Amazonas sudamericanas, son considerados excelentes ‘habladores’, aunque nosotros nos inclinemos por los primeros. Claro que otras especies también lograrán sorprendernos con sus dotes fonéticas.
La lectura de obras monográficas sobre psitáceas es una práctica muy aconsejable que nos servirá para contrastar las informaciones de los distintos autores sobre ese sueño que pretendemos realizar.
El momento de la adquisición
Tras el estudio de las obras especializadas y los consejos de comerciantes y expertos, tendremos ya una valoración teórica de posibles huéspedes que clasificaremos, por ejemplo, en listas según las necesidades de alojamiento y alimentación, facilidad de aclimatación, longevidad media, posibilidades de imitación de palabra, precio de mercado y, lo que suele ser más importante, preferencias personales.
Esta racionalización casi computerizada de la adquisición nos permitirá optar por un segmento más extenso, obteniendo así un abanico más amplio y lógico de especies.
Decidido el sujeto de nuestros desvelos, se recabará su existencia de los comercios susceptibles de suministrarnos el papagayo, así como el plazo de entrega probable.
El aspecto del pájaro debe ser sano, con el vientre redondeado, la pluma lisa y brillante, así como pico y patas sin descamaciones ni erosiones. Es importante estimar la edad aproximada del ejemplar y comprobar que come perfectamente, además de realizar las deposiciones con una textura correcta.
Las psitáceas recientemente importadas no son aconsejables, pues el precio no es menor y los riesgos de aclimatación pueden hacer peligrar la supervivencia de los animalitos.