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Fracturas Y Lesiones Del Perro

Contusiones más frecuentes

Los perros, representantes domésticos por excelencia del reino animal, han ido adaptando su carácter e incluso su conformación para mejor servir las diferentes funciones que el hombre les ha ido asignando a lo largo del tiempo. Progresivamente se han conseguido razas tan dispares que difícilmente podrían ser clasificadas como ejemplares de la misma especie un dogo alemán y un pequinés, por ejemplo. Sin embargo, los cachorros y jóvenes de cualquier variedad tienden a seguir a sus amos, a jugar con ellos en todo tipo de ambientes. Desgraciadamente, la falta de experiencia, así como el desconocimiento de las propias posibilidades respecto al entorno provoca, con cierta frecuencia, lesiones musculares de tendones e incluso rotura de algún hueso. En principio, las extremidades, especialmente las delanteras, son las que tienen mayor probabilidad de contusiones en el salto o la carrera, pero también el par posterior y la cola pueden sufrir las consecuencias de un accidente.

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Excluyendo los traumatismos infortunadamente comunes que los perros padecen en ambientes urbanos por culpa de la circulación de vehículos, las luxaciones y roturas de huesos se producen esencialmente en cachorros, ejemplares jóvenes y en adultos de razas de trabajo (caza, competición y guardería).

Profilaxis de lesiones musculares

Los animales habituados a realizar ejercicios diarios o que puedan correr a su albedrío por amplias superficies van desarrollando desde cachorros una perfecta masa muscular y el aparato locomotor se adapta a una actividad creciente moldeando tendones, huesos y cartílagos, que por supuesto, habrán de recibir las cantidades precisas de vitaminas y sales minerales exigidas por el cuerpo en formación del joven perro.

Sin embargo, los ejemplares que se dedicarán a practicar las apasionantes artes cinegéticas de muestra y cobro de piezas o aquellos que deban guardar incesantemente una propiedad, por ejemplo, tendrán que adiestrarse progresiva y crecientemente de forma que sus cualidades físicas no disminuyan su capacidad psicológica.

Primeros auxilios de fracturas y otras lesiones

Si llegara a producirse la rotura de un miembro, fácilmente apreciable por el aspecto de la extremidad y el dolor que acusa el can o fuese probable la existencia de una luxación o fisura ha de acudirse inmediatamente al veterinario más próximo, que será quien aconseje las medidas a adoptar. Pero muchas veces ocurre en pleno campo, lejos de una población que nuestro perro, aullando de dolor, acude a ‘tres patas’, o lo que es peor, queda tendido en el suelo.

Con sumo cuidado, se procede por palpación a intuir la gravedad del percance y se inmoviliza al animalito lo mejor posible. Con tablillas y venda de gasa, muy suavemente, se protege el miembro afectado, trasladando en brazos al paciente hasta el vehículo que nos conducirá a la clínica veterinaria más próxima. Si el tamaño y peso del perro impide que podamos trasladarle hasta el automóvil, se harán unas parihuelas primitivas, pero nunca se forzará la locomoción del herido. Escayolado, vendajes especiales y tratamientos con radiaciones serán medidas que el titulado correspondiente estimará o no oportunas en cada caso. Lógicamente, en función de la naturaleza de la lesión, es probable que el perro convaleciente haya de permanecer en reposo hasta su curación y tal vez precise un período de recuperación que hemos de asumir con solicitud y paciencia, poniendo todos los medios a nuestro alcance para lograr la total rehabilitación del ejemplar.