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Celo Y Acoplamiento Del Perro

El celo en los perros

Como en la mayoría de los mamíferos, los apareamientos en los cánidos se producen durante la época en que las hembras se encuentran en estado de receptividad y la probabilidad de embarazo es máxima. Los machos por su especial fisiologia se mantienen, si están sanos, siempre dispuestos para la cópula desde la pubertad hasta el comienzo de la senectud.

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El celo en las perras tiene una duración variable entre cinco y doce días por término medio, siendo precedido de una etapa durante la cual la hembra expele una secreción mucosa y sanguinolenta más o menos evidente. Cuando la perrita ‘deja de manchar’ se puede observar una turgescencia de los genitales externos y a los pocos días se encuentra receptiva y dispuesta a aceptar el galanteo de los machos. Por regla general las hembras caninas suelen tener dos períodos de celo al año, distanciados entre cinco y siete meses y el primero se presenta durante la pubertad entre el quinto y noveno mes de vida. Es absolutamente imprescindible evitar el acoplamiento en este primer celo, ya que el animalito todavía está ‘sin formar’ y la preñez prematura estropeará la estampa y la salud del ejemplar.

Asimismo es muy aconsejable evitar los cruzamientos durante el segundo ‘celo‘, variando entre el tercero y el cuarto, según las razas, el momento más oportuno para el primer encuentro.

Vease también:  www.sologolden.com/articulo.asp?id=94&q=Si%20tenemos%20una%20hembra

Salvaguarda del acoplamiento prematuro

Todos los aficionados y amigos del perro conocen la molestia que supone para los amos los días criticos de su perrita, pero existen una serie de precauciones y normas básicas que seguidas, al pie de la letra, permiten paliar los riesgos de una maternidad prematura o indeseada para el propietario.

Durante la etapa receptiva que comienza, como hemos indicado, cuando el animalito cesa de ‘manchar’ ha de bajarse durante el paseo a la perra siempre atada con la correa y en los animales que vivan en un jardín deberá encerrarse a la hembra, ya que los galanes atraídos por el olfato son capaces de franquear las vallas más altas por lugares inverosímiles e incluso excavando un túnel subterráneo .

Para evitar el ‘acoso’ de los perros de la vecindad durante los paseos cotidianos deberá recurrirse al bastón suave o fusta y es conveniente ‘per fumar’ a nuestra perrita con ‘sprays’ especiales que enmascaran y ocultan los aromas atractivos. La vigilancia extrema durante un par de semanas como mucho nos evitará disgustos posteriores. Nunca debe intentar separarse una pareja ‘acoplada’ a palos o con agua fría, ya que la particular disposición de los genitales caninos impide la separación hasta que el acto no se ha consumado. Si ocurre un accidente de este tipo, se llevará la hembra al veterinario lo más pronto posible y será el facultativo quien disponga el tratamiento a aplicar.

Apareamiento

Para consumar un cruzamiento deseado, es conveniente que la pareja conviva unos días antes y que el amo de la hembra tranquilice a ésta durante los primeros encuentros. Muchas hembras de razas con ‘genio’ rechazan el primer apareamiento alejando a sus pretendientes con terrorificos mordiscos y se necesita el ardor y la paciencia de machos experimentados que puedan consumar la unión.

Las normas respecto al préstamo de sementales de raza suelen convenirse entre los propietarios por contratos escritos, previamente formalizados o ateniéndose a los convenios de Mónaco sobre cruzamientos caninos.