Precauciones elementales
La incorporación a nuestros acuarios de plantas naturales constituye siempre un riesgo potencial de introducción de enfermedades y huéspedes indeseables, mucho mayor cuando hayan sido recolectadas directamente en lagunas, charcas, estanques o cursos de agua, pero también posible cuando proceden de los comercios especializados.
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En cualquiera de los casos mencionados respecto a la procedencia de los vegetales, podemos realizar una inspección ocular lo más minuciosa posible, que nos indique la presencia de adultos o placas de huevos de caracolillos acuáticos, como limneas y planorbis.
Plantas recogidas en la naturaleza
Además de la certidumbre respecto a la identificación de los vegetales colectados en estanques o riachuelos y previa selección de las plantas más sanas y fuertes o de los esquejes adecuados una vez llegados a casa, procederemos a lavar al ‘chorro del grifo’, atemperado a unos 18 C, pasando suavemente los dedos por las superficies verdes, excepto en las ‘milhojas’ y otras especies delicadas, que no soportan este tratamiento. Una vez ‘davadas’ y consideradas exentas de puestas de placas gelatinosas de moluscos acuícolas, se sumergen en un recipiente de vidrio, ancho e incluso en un pequeño acuario de vidrio vacio, que se llena de agua del grifo, atemperada.
Tras dos o tres horas de permanencia en este recipiente se observan de nuevo las plantas, tratando de descubrir pequeños invertebrados. Si éstos existen se procede a otro lavado, si no podemos pasar a la ‘desinfección’ con azul de metileno en disolución, soluciones de mercurocromo o vinagre rebajado que puede complementarse con agua de lejía, muy diluida.
El ideal es el azul de metileno, que en la concentración adecuada no producirá lesiones irreversibles en los vegetales. De un preparado al dos o tres por mil se van adicionando gotas, hasta teñir de color añil el agua que contiene los vegetales. Moviendo suave pero continuamente la masa vegetal se prolonga el baño durante cinco o seis minutos, tras los que se limpia bien al chorro del grifo y se pasa a instalar las plantas en los acuarios definitivos.
Algunos aficionados exigentes mantienen además las plantas en una ‘cuarentena’ de quince días en acuarios especiales, poblados por guppys, que acusarán cualquier anomalia perniciosa.
Plantas adquiridas en los comercios
Es importante señalar la seriedad y competencia de casi todos los comerciantes que se dedican a la venta de plantas, peces y otros animales domésticos, que someten a los vegetales a una selección y cuarentena rigurosas, pero en ocasiones puede ocurrir el olvido y esta circunstancia, generalmente sin importancia, puede contribuir a introducir un parásito microscópico en un tanque, en el cual atesoremos ejemplares raros, valiosos o muy apreclados por nosotros.
Casi siempre las plantas ‘compradas’ están limpias y sólo requieren una observación minuciosa para poner de manifiesto ‘puestas de caracoles’. Sin embargo, nunca está de más efectuar un ‘baño’ con azul de metileno, que asegurará las garantias necesarias.
Cuando las plantas conseguidas estén destinadas a decorar acuarios especiales, con ejemplares de peces muy desarrollados o de especies valiosas será mejor excederse en la prudencia y efectuar una cuarentena preventiva en otro recipientes, que estará preparado al efecto.