CARACOLES HELICOIDALES DE ACUARIO
(Limnaea sp.)
Familia: Limneidos.
Orden: Basomatóforos.
Clase: Moluscos
Huéspedes generalmente indeseables
Salvo en casos muy especiales de estudiosos o especialistas que conservan y reproducen estas ‘caracolas’ diminutas en recipientes adecuados, las limneas suelen introducirse subrepticiamente en nuestros acuarios, adheridas a las plantas acuáticas en forma de puestas casi invisibles.
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Tienen la concha helicoidal, bastante prolongada, que en algunas especies puede alcanzar 5 cm de longitud, mientras su coloración varía del pardo rojizo hasta el negro sucio, no presentando tonos vistosos.
La cabeza es ancha, con un par de tentáculos aplanados, no demasiado largos, en cuyo lado interno se sitúan los ojos. El pie es bastante ancho con relación a su longitud.
Viven en aguas dulces de cursos fluviales lentos, charcas o lagunas, alimentándose de sustancias vegetales y orgánicas en semidescomposición. En España las especies más comunes son Limnaea peregra, L. truncátula y L. palustris, que pueden vivir en el interior de aguas de pH variable, entre 6,5 y 8,5, preferiblemente duras, 10-20 DH y atemperadas, 10-20 C. Son huéspedes intermediarios del platelminto, parásito responsable de la distomatosis bucofaríngea del hombre y de la fasciolosis de los rumiantes, cuyo nombre es Fasciola hepática.
Las limneas pueden abandonar el medio líquido, viviendo perfectamente en herbazales y zonas aéreas cercanas a las charcas y cursos lentos, pero en condiciones naturales de desecación pueden enterrarse en el lodo, llegando a supervivir ‘enterradas’ durante casi un año, hasta la llegada de nuevos encharcamientos .
Estos moluscos parecen tener una duración de vida comprendida entre uno y dos años, dependiendo de las condiciones ambientales. Pueden reproducirse a partir de un mes de edad. La puesta se realiza bajo el agua, en masas gelatinosas adheridas a las hojas y tallos de las plantas sumergidas o sobre piedras u otras superficies más o menos lisas, pero también puede depositar el ‘plastrón’ con sus descendientes entre las hierbas emergidas y el musgo cercano al curso de agua. Se estima que los huevos que un ejemplar puede depositar diariamente oscilan de 15 a 60, lo que supone un total de varios miles anuales.
Limneas en el acuario
Aparecen, con frecuencia, como por arte de magia paseándose por los vidrios interiores de nuestros recipientes y casi siempre la población se dispara, haciendo peligrar el delicado e inestable equilibrio que habíamos establecido entre peces y plantas. Como en el caso de los planorbis, si la vegetación de los tanques colonizados por las limneas es muy abundante y se reproduce velozmente la proliferación de estos caracolillos de concha helicoidal no origina devastaciones importantes, pero en recipientes con plantas delicadas, de elevado precio, la aparición de estos moluscos puede considerarse cuando menos peligrosa.
Existen productos especiales para limitar las poblaciones ‘domésticas’ de estos invertebrados, pero deben ser utilizados con un cuidado exquisito retirando del acuario a ‘tratar’ todos los peces, respetando las dosis indicadas, o al menos usando los cebos sólidos, que al apagar las luces congregarán una buena masa de caracoles, susceptible de ser retirada y eliminada con un ‘golpe de red’.
No deben nunca aplastarse con la yema de los dedos los ejemplares que deambulan cerca de la superficie por la cara interior de los vidrios de los receptáculos, ya que la textura del ‘caparazón’ puede favorecer un astillamiento que puede herir a la persona que los aplasta.