Aves enfermas
Todos los aficionados a la conservación de pajarillos o a su mantenimiento en cautividad conocen los síntomas que anuncian la postración de sus pupilos. Pero como cualquier proceso natural en la escala biológica hemos de estar preparados para asumir la enfermedad de nuestras aves cautivas. La salud de los huéspedes puede casi asegurarse mediante una higiene escrupulosa de jaulones, perchas e implementos, acompañada de una climatización perfecta y una nutrición completa, variada, perfectamente equilibrada.
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Las especies recién adquiridas pueden introducir parásitos o epidemias, que se extiendan al resto de nuestros pájaros, por lo que resulta muy conveniente someterles a un período de ‘cuarentena’ en jaulas fácilmente desinfectables y en locales alejados del grueso de la colección establecida.
Parasitosis internas de tipo coccidiosis o producidas por hongos son frecuentemente difíciles de detectar hasta que la sintomatología se define claramente, cuando suele ser muy tarde para salvar la vida del ejemplar afectado.
Cada especie y grupo ornitológico presenta un cuadro de alteraciones más frecuentes en cada clima y condiciones particulares, pero, en general;podemos identificar síntomas comúnes que responden a diferentes afecciones, cuya cura puede intentarse con medicamentos de amplio espectro, que sin ser panaceas sirvan de apoyo a la propia naturaleza del ave.
Anormalidades de pico y lengua imputables a tumoraciones linguales e incluso a eccemas de las comisuras producidos por ácaros o de origen hormonal. El crecimiento irregular del pico en muchas aves, les impide tomar el alimento y acaban pereciendo de inanición. Muy frecuente en canarios, pinzones, fingílidos y estrildidos, debe ‘tallarse’ el pico con un bisturí o tijeras de manicura muy afiladas, sujetando suave, pero firmemente la cabecita del animalito. Realizada la operación se liman los bordes para asegurar la mayor comodidad del ave. La aparición de granitos o pequeños tumores en la lengua o cavidad bucal exige la inmediata consulta con nuestro veterinario de confianza.
Otro de los síntomas clásicos consiste en el jadeo en la respiración y el ‘pitido’, que denuncian la afección conocida como asma, que puede ser un proceso en sí o bien la manifestación parcial de otra alteración respiratoria. Las aves afectadas deben aislarse y someterse a una medicación aconsejada también por el veterinario correspondiente.
El ‘embolado’ de la pluma que acompaña a un estado estático del pajarillo, acurrucado en un extremo de las perchas, así como la textura, coloración y olor de las deyecciones, son señales inequívocas de posibles alteraciones. Las enteritis y procesos diarreicos pueden proceder de enfermedades del sistema digestivo, pero también del aparato respiratorio. Las medidas urgentes que deben tomarse son el aislamiento del ave en un jaulón especial, la inclusión en el bebedero de unas gotas de antibiótico tipo ‘bio-huber’ y, por supuesto, la consulta con el veterinario, que habrá de aconsejar la terapia más oportuna en cada caso. Deben suprimirse los alimentos vegetales verdes: lechuga, escarola, etc., según las especies, se mantendrán papillas de manzana o membrillo.
Si los pajarillos presentan un estado de prostración, que les lleva a quedar inmóviles y aislados, debe procederse a su captura y colocación en un jaulón templado, fuera de la presencia de sus congéneres, para intentar la curación y evitar la propagación de una eventual epidemia.