Diario de Xenai – 16 de diciembre de 2024
Hoy ha sido un día lleno de aventuras y descubrimientos emocionantes. La mañana comenzó con el sol brillando a través de las ventanas, despertándome con su cálida luz. Como de costumbre, fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, y me recibió con una sonrisa y caricias detrás de las orejas. Me encanta empezar el día así, con amor y atención.
Después de un rato de mimos, bajamos a la cocina. Sara estaba preparando el desayuno, y yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. Hoy no había nada especial en el menú, pero el simple hecho de estar con mi familia ya hacía que todo fuera perfecto.
Después de desayunar, Manuel sugirió que saliéramos a dar un paseo por el parque. "¿Lista para una aventura, Xenai?" preguntó con entusiasmo.
"¡Sí, sí, sí!" pensé mientras movía la cola con entusiasmo. No hay nada que disfrute más que explorar el mundo exterior.
El parque estaba lleno de vida, con otros perros y humanos disfrutando del día. Corrí de un lado a otro, oliendo cada rincón y saludando a mis amigos peludos. Fue entonces cuando, de repente, noté algo brillante en el suelo. Era un charco de agua, resultado de la lluvia de la noche anterior.
"¡Mira, Xenai! Un charco", dijo Sara, señalándolo con una sonrisa.
Sin pensarlo dos veces, corrí hacia el charco y salté con todas mis fuerzas. El agua salpicó por todas partes, mojando mi pelaje y haciendo que Sara y Manuel rieran.
"¡Eso es, Xenai! ¡Diviértete!" animó Manuel, mientras yo seguía saltando y chapoteando en el charco.
El agua estaba fresca y agradable, y cada salto me hacía sentir más viva. No podía dejar de moverme, disfrutando de la sensación del agua en mis patas y el sonido de las salpicaduras.
Después de un buen rato de juego, me detuve para tomar un respiro. Estaba un poco mojada, pero muy feliz. Sara se acercó y me secó con una toalla que había traído, riendo mientras lo hacía.
"Pareces una pequeña bola de energía, Xenai", dijo con cariño.
Más tarde, continuamos nuestro paseo por el parque, explorando nuevos senderos y disfrutando del aire fresco. Hice nuevos amigos y jugué a perseguirnos por todo el lugar. También vi a algunos de mis viejos amigos del vecindario, y nos divertimos mucho corriendo y saltando juntos.
De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras y juegos.
Por la tarde, Sara y yo tuvimos un momento especial juntas. Ella estaba trabajando en su computadora, y yo me acurruqué a su lado, disfrutando de su compañía. A veces, me daba una palmadita en la cabeza o me rascaba detrás de las orejas, y yo cerraba los ojos de felicidad.
La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.
Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.
Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.