Diario de Xenai – 20 de agosto de 2024
Hoy ha sido un día maravilloso, lleno de sorpresas y momentos felices. La mañana comenzó como cualquier otra, con el sol brillando a través de las ventanas y el canto de los pájaros anunciando un nuevo día. Me desperté temprano, como siempre, y fui directo a la habitación de mis papás humanos, Sara y Manuel. Sara ya estaba despierta, acariciándome detrás de las orejas mientras yo movía la cola con entusiasmo.
Después de un buen rato de mimos, Sara y yo bajamos a la cocina. Mientras ella preparaba el desayuno, yo me senté pacientemente a su lado, esperando mi turno. De repente, noté que Sara estaba sacando algo especial del refrigerador. ¡Era mi comida favorita! Un delicioso plato de pollo con arroz y zanahorias. No pude contener mi emoción y comencé a dar pequeños saltos de alegría, moviendo mi cola como un torbellino.
Sara se rió y dijo: "¡Vaya, Xenai! Parece que alguien está muy emocionada por su desayuno hoy."
"¡Sí, sí, sí!" pensé mientras seguía moviéndome de un lado a otro. No podía esperar a que el plato estuviera listo. Cuando finalmente lo puso en mi cuenco, hice un pequeño baile de felicidad, girando sobre mis patas y meneando la cola con aún más fuerza. Sara me miró con una sonrisa y dijo: "Eres la perrita más adorable del mundo, Xenai."
Después de disfrutar de mi delicioso desayuno, salimos al jardín para jugar un rato. Manuel se unió a nosotras y lanzamos la pelota una y otra vez. Corrí con todas mis fuerzas, sintiendo el viento en mi pelaje y la hierba bajo mis patas. No hay nada que disfrute más que estos momentos de juego al aire libre con mi familia.
Más tarde, nos fuimos al parque. Hoy había muchos otros perros y humanos disfrutando del buen tiempo. Hice nuevos amigos y jugué a perseguirnos por todo el lugar. También vi a algunos de mis viejos amigos del vecindario, y nos divertimos mucho corriendo y saltando juntos.
De regreso a casa, me sentí un poco cansada, pero muy feliz. Sara y Manuel me dieron un buen baño, y luego me acurruqué en mi cama para una siesta. Mientras dormía, soñé con más aventuras y juegos.
Por la tarde, Sara y yo tuvimos un momento especial juntas. Ella estaba trabajando en su computadora, y yo me acurruqué a su lado, disfrutando de su compañía. A veces, me daba una palmadita en la cabeza o me rascaba detrás de las orejas, y yo cerraba los ojos de felicidad.
La cena fue otro momento emocionante. Manuel preparó una deliciosa comida para todos, y yo recibí un poco de pollo extra como premio por ser una buena chica. Hice otro pequeño baile de felicidad antes de devorar mi cena.
Antes de irnos a dormir, Sara y Manuel me llevaron a dar un último paseo por el vecindario. El aire fresco de la noche y las estrellas brillando en el cielo hicieron que el día terminara de manera perfecta.
Hoy ha sido un día lleno de amor, juegos y momentos especiales. Estoy agradecida por mi familia y por todos los momentos felices que compartimos juntos. No puedo esperar a ver qué aventuras nos traerá el día de mañana.