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Xenai y su Espeluznante Encuentro con una Araña

¡Hola, diario! Hoy ha sido un día lleno de emociones y, bueno, un poco de drama. Todo comenzó como cualquier otro día. Mamá humana, Sara, me despertó con su habitual "¡Buenos días, Xenai!" y una caricia en la barriga. Me encanta cuando hace eso, aunque hoy tenía un plan especial en mente.

Después de desayunar mi deliciosa comida para cachorros, mamá y papá humanos decidieron que era un buen día para quedarse en casa y disfrutar del jardín. ¡Perfecto! Me encanta correr por el césped y perseguir mariposas. Así que, después de un rato de juegos, me tumbé bajo mi árbol favorito para descansar un poco.

Mientras estaba allí, disfrutando de la sombra y el suave susurro de las hojas, algo pequeño y oscuro llamó mi atención. Era una araña, y no una cualquiera, sino una de esas que parecen tener mil patas y moverse de manera extraña. Me quedé mirándola, completamente hipnotizada.

De repente, la araña se movió hacia mí y, sin pensarlo dos veces, salté hacia atrás con todas mis fuerzas, soltando un ladrido que seguramente se escuchó en todo el vecindario. "¡Aaaah! ¡Una araña!" grité, aunque sé que mis humanos no entienden mi idioma perruno.

Mamá humana salió corriendo de la casa, alarmada por mi reacción. "¿Qué pasa, Xenai? ¿Estás bien?" preguntó, claramente preocupada.

Papá humano, Manuel, también apareció, con una expresión de confusión en su rostro. "¿Qué ha pasado? ¿Por qué está ladrando así?"

Mamá humana se acercó a mí y vio la araña, que ahora estaba tranquilamente caminando por el césped. "Oh, Xenai, ¿te asustaste por una araña?" dijo, tratando de contener la risa.

"Bueno, al menos sabemos que no le gustan las arañas," comentó papá humano, riendo también.

Me sentí un poco avergonzada, pero no podía evitarlo. Esa araña era realmente espeluznante. Mamá humana me acarició y me tranquilizó, asegurándome que todo estaba bien. "No te preocupes, pequeña. Las arañas no te harán daño," dijo con una sonrisa.

Después de ese pequeño incidente, decidí que era mejor mantenerme alejada de las arañas y me dediqué a jugar con mis juguetes en el jardín. Mamá y papá humanos se quedaron cerca, vigilándome y riéndose de vez en cuando al recordar mi reacción exagerada.

Más tarde, cuando el sol comenzó a ponerse, mamá humana me llevó adentro y me dio un premio por ser una "valiente exploradora," aunque creo que lo decía en broma. Me acurruqué en mi cama, sintiéndome un poco más segura y lista para una siesta.

Antes de quedarme dormida, escuché a mamá y papá humanos hablando sobre lo divertido que había sido el día. "Creo que Xenai tuvo una gran aventura hoy," dijo papá humano.

"Sí, aunque no estoy segura de que quiera ver otra araña pronto," respondió mamá humana, riendo.

Y así, con el sonido de sus risas y el recuerdo de mi pequeña aventura con la araña, me quedé dormida, soñando con días más tranquilos y menos espeluznantes. ¡Hasta mañana, diario!