Nombre: Testudo radiata
Familia: Testudínidos.
Orden: Quelonios.
Clase: Reptiles
Descripción y origen
Preciosa tortuga terrestre de caparazón muy convexo o abombado cubierto de placas poligonales acanaladas y ligeramente levantadas. La cabeza es proporcionada, de ojos vivos, fuertes mandíbulas y está unida al cuello robusto y de mediana longitud. Las patas fuertes, escamosas y dotadas de uñas muy evidentes. La cola corta y cónica, casi no sobresale de la ‘concha’. El color dominante del caparazón es pardo brillante o castaño negruzco, con un precioso y característico veteado amarillo. Llegan a alcanzar más de medio metro de longitud, pero los rarísimos ejemplares, que se exhiben en terrarios y colecciones públicas o privadas, raramente superan los 30 cm.
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Se encuentra en estado silvestre en las zonas de monte bajo, del sur de Madagascar, en donde ha sido objeto de despiadada caza para confección de ‘souvenirs’. Actualmente está protegida oficialmente, estando prohibida su exportación y comercio.
Longevidad
Se estima en sesenta a ochenta años, existiendo, al parecer, individuos de más de un siglo de edad.
Alojamiento
Cualquier terrario para quelonios, de una longitud mínima útil cinco veces mayor que la de la tortuga y al menos tres veces en anchura puede albergar esta joya de los reptiles, que deberá ser liberada durante el verano de mayo a octubre, en nuestro clima, en un jardín vallado bien provisto de vegetación baja y algunas matas de sombra. No hiberna, por lo que deberá ser mantenida en la época fría en habitaciones que no desciendan de los 15 C.
Alimentación
Omnívora, pero fundamentalmente vegetariana, debe basarse en lechuga, escarola, tomates, plátanos, peras y algunas larvas de insectos y lombrices de tierra. La cantidad de verdura devorada por una de estas tortugas puede resultar sorprendente. Un ejemplar de poco más de 25 cm de longitud puede ‘trasegar’ una lechuga diaria y algo de fruta.
Carácter y comportamiento
Nada agresiva, bastante sociable y a menudo tímida, puede cohabitar con especies similares. No se debe manipular con exceso a estos quelonios que se ‘defienden’ expulsando un líquido nauseabundo por la cloaca. Si este mecanismo se produce de forma repetida, puede deshidratar a la tortuga causandole graves alteraciones fisiológicas e incluso la muerte.
Cuidados diarios
Vigilar que no descienda la temperatura ambiente durante el invierno y suministrar suficiente alimento verde, así como agua en recipientes de escaso fondo, hundidos en el suelo terroso y en la pileta del acuaterrario, con una profundidad no mayor de 3 cm. Es conveniente liberarlas en parques o jardines cerrados y reintegrarlas al terrario antes de la llegada de los primeros fríos.
Reproducción
Tras un largo y dificultoso apareamiento, llevado a cabo al exterior en jardines soleados con zonas de arena, las hembras depositan entre cuatro y seis esferoidales de unos 4 cm de diámetro medio. La incubación a 30-34 ºC se prolonga entre cinco y seis meses. En condiciones de alternancia de temperaturas, puede durar hasta nueve meses. Las pequeñas tortugas, muy activas, deben ser alimentadas con insectos y han de tener al menos dos láminas de agua dulce y salobre, de profundidad no superior a 1,5 cm, en las que remojarse.
Enfermedades
De índole robusta, sólo se han constatado anomalías de origen alimenticio o climatológico, ya que esta especie es muy sensible al frío, así como parasitosis externas, producidas por ácaros.