Limpiezas de Las Perreras

Jaulas, perreras y recintos colectivos

Múltiples instalaciones dedicadas a la cría, reproducción, mantenimiento o residencia de canes, tienen construcciones confortables, que acogen de manera temporal o permanente a diferentes perros de caza, guardería, defensa o compañía.

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Las jaulas o boxes son recintos (generalmente portátiles o desmontables), cuya finalidad es el confinamiento de los animales durante cortos espacios de tiempo. Existen modelos de transporte destinados al viaje por avión, barco o ferrocarril, cuyas exigencias se adaptan de forma lógica al medio utilizado. En las exposiciones o concursos, así como en los canódromos, se utilizan otras cajas, enrejadas únicamente por una cara, generalmente la frontal, que permite la observación de los ejemplares.

Por último, hemos de considerar las perreras individuales o colectivas, correspondientes a los 'hoteles para perros' o instalaciones de cortijos, que crían ¡aurías de caza. En estas construcciones, los animales suelen disfrutar de un área cubierta, generalmente abrigada, y otra 'de parque' o 'patio', en la que pueden realizar un mínimo ejercicio.

En todos los casos las instalaciones permanentes deben tener suelo y paredes perfectamente lisos y secos, con la base en ligero declive, que será mayor en la parte 'de parque'. El suelo, de cemento y las paredes encaladas permiten una higiene fácil y frecuente, que seria más problemática en construcciones de madera, con el suelo de tierra apisonada. Para evitar las 'rozaduras' y 'callos', que algunas razas de pelo corto pueden contraer en suelos 'de obra', se facilitan colchonetas de hule o goma-espuma que hagan las veces de cama.

Los excrementos y orines que los animales dejan en los alojamientos, cuando no son 'paseados' varias veces al día, deben retirarse y eliminarse con agua a presión y un cepillado posterior con agua de lejía o agua de zotal, que se hará con un cepillo de raíces dotado de un mango largo. Mientras se limpia, por ejemplo, el recinto cubierto, se confinan los perros en el parque y viceversa, hasta terminar el aseo diario.

Los recovecos y aditamentos supérfluos dificultan la perfecta higiene, propiciando refugios accesibles a los diversos ectoparásitos, por lo cual las salas sencillas con una repisa elevada donde situar la colchoneta se muestran muy adecuadas como perreras. El encalado de las paredes puede efectuarse al menos semestralmente y tiene la doble finalidad de blanquear los muros y desinfectarlos mediante la adición a la pasta de pintura de productos insecticidas especiales para establos y albergues de animales, que tales como el 'Malathion' aseguran una protección correcta, con una casi carencia de toxicidad para todos los canes.

Los 'boxes' y jaulas de transporte, dependiendo del material en que hayan sido construidos, pueden ser también fregados con agua de lejía o zotal, y después de quedar perfectamente secos se someten a una pulverización con spray acaricida, especialmente cuidadosa a lo largo de cercos, junturas y molduras de madera.

Si los cubiculos están montados sobre materiales ignifugos, no propensos a quemarse, puede sustituirse la 'pulverización' con productos químicos por el flameado, que se efectúa atando un trozo de algodón al final de una varilla metálica.

El algodón empapado en 'alcohol' de quemar se prende y asiendo la varilla por el extremo libre se pasa muy lentamente la llama por los rincones y aristas de la jaula, asegurando de esta forma una perfecta desinsectación.