Primeros Pasos En La Cria de Animales

Conservación y cría de pequeños animales

El mantenimiento en condiciones diferentes de las naturales de cualquier tipo de seres vivos exige una serie de condicionamientos. que muy frecuentemente son olvidados por la precipitación en la adquisición de algún animalito que nuestros hijos o nosotros mismos deseamos alimentar y cuidar, para gozar de una compañía permanente y de un nexo de unión con la naturaleza, cada días más degradada y lejana.

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La responsabilidad inherente a la adopción de un hamster, una ardilla o un cobayo, por ejemplo, es con frecuencia olvidada, pero no será nunca menor a la que contraemos al adquirir un perro o un gato, y subsiguientemente, incluye la previsión de alojamiento, alimento y utillaje, para que la tenencia de esa 'mascota viviente' no suponga un martirio para el animal.


Principios generales

Si realmente estamos decididos a intentar la fascinante aventura zoológica que supone el mantenimiento de un animalito, debemos previamente frenar nuestra natural impaciencia y adquirir una serie mínima de conocimientos previos que nos evitarán fracasos y gastos innecesarios. El primer paso es la información, tan seria y completa como sea posible, sobre la biología y particularidades fisiológicas y etiológicas de nuestro probable pupilo. Hemos de conocer sus nombres vulgares, pero también su denominación científica, familia zoológica a la que pertenece, costumbres, alimentación, vida probable tipo de reproducción, condiciones de vida, etc.

Estos conocimientos previos se adquieren mediante la lectura de libros especializados y rn_articulos de revistas, obras de divulgación, e incluso mediante la información verbal que las charlas con aficionados veteranos pueden proporcionarnos. El gasto de libros de bolsillo, guías o manuales prácticos y obras especializadas nunca es baldío, pues su lectura nos proporcionará amplios conocimientos sobre los que apoyar nuestra incipiente afición, evitando las frustraciones que pueden suponer los inconvenientes de una alimentación difícil de conseguir, o la imposibilidad de criar una determinada especie que habíamos adquirido para reproducirla en cautividad o las muertes de ejemplares sometidos a condiciones inadecuadas o dietas incorrectas.

Conocidas esas peculiaridades biológicas y de comportamiento, cuya lectura puede alentarnos o desanimarnos a la adquisición de una determinada especie, pero que siempre serán preciosos auxiliares por los datos previamente recopilados por otros científicos o aficionados que nos precedieron en la aventura, debemos examinar fríamente las posibilidades reales que nuestra casa y el tiempo del que dispongamos podrán aportar al inicio de esta actividad. Nunca debemos considerar tiempo perdido el que dediquemos a la información, cuanto más detallada y minuciosa mejor, sobre la práctica de mantenimiento y reproducción de los animalitos elegidos. La impaciencia lógica de todos los principiantes se verá recompensada e incentivada tras la adquisición de los conocimientos más amplios que sean posibles sobre el tema de nuestra más apasionada afición.


Preparaciún del alojamiento

Supone la elección previa y razonada del lugar, rincón casero o zona del jardín donde hayamos de situar el habitáculo que acogerá a nuestros nuevos amigos. Este punto, a veces erróneamente obviado, supondrá, en muchas ocasiones, la clave del éxito o del fracaso de esa maravillosa empresa que permite al ser humano disfrutar de la naturaleza y sentirse dueno de la creación.