Canarios Reproductores

Elección de reproductores

Sin duda la crí­a de canarios es una de las especialidades más populares y practicadas por los aficionados a las aves de compañí­a, y su tradición se remonta a finales del siglo XV, en que los primeros ejemplares de canario silvestre son traí­dos a España desde donde se produce su rápida dispersion a todos los lugares del entonces poderoso imperio hispano.

La cria semilibre se produce en las pajareras o habitaciones-pajareras en las que coexisten varios ejemplares, y se inicia con el comienzo de la primavera sin intervención humana, salvo la colocación de soporte nido y jaulitas anidaderas (al menos dos por cada hembra), así­ como el material básico de construcción, pelote y cáñamo en hilas. Cada macho adulto puede cubrir a varias hembras, pudiendo producirse peleas y querellas que disminuyen el número de pollos logrados. La crí­a dirigida exige el aislamiento en jaulones especiales, de una pareja o un macho y dos hembras en habitáculos de 50 cm de largo por 30 cm de ancho y 40 cm de altura, con cuatro jaulitas de anidar, dos en cada lateral de la jaula, y algún soporte-nido ubicado en la cara adosada a la pared. La situaci6n ideal es en una habitación seca y soleada, bien ventilada, pero sin corrientes de aire, de forma que no puedan verse entre sí­ los pájaros situados en diferentes jaulas.

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De esta forma pueden elegirse los reproductores adecuados. El macho deberá tener de dos a seis años como máximo, si bien, para ejemplares excepcionales, se puede intentar la crí­a con canarios de hasta ocho años, dejándoles sólo con una hembra y no permitiendo más de dos nidadas consecutivas. Las canarias se elegirán entre las mejores madres de la colección, escogiendo las apropiadas para cada macho, según su árbol genealógico si se desean obtener canarios de canto o bien por la perfección de su plumaje si el aficionado desea especializarse en el color.

Cuando se adquieran por vez primera canarias madres, es mejor comprar más hembras que las requeridas y todas nuevas, de menos de un año de edad, para poder ir eligiendo las que empollan y ceban mejor, las más aplicadas en la crí­a. etc. Las hembras de canario doméstico pueden criar hasta los cinco años en condiciones normales, ya que a partir de esa edad disminuye la fertilidad y el número de crí­as obtenidas por cada canaria.

Aquellas pajaritas poco aptas para la crí­a el primer año, pueden madurar y tornarse excelentes madres al año siguiente; pero, sin embargo, vale más aislar y reincidir con las que demostraron mejores aptitudes, reponiendo el número necesario con otra tanda de jóvenes del año anterior. Estas avecillas dudosas serán albergadas en las pajareras con machos sanos, pero que no importe que se hibriden con cualquier consorte.

Así­ aseguramos la renovación de las poblaciones de las grandes pajareras, sin tener que soltar a los ejemplares que no se ajusten a nuestras necesidades.

La elección adecuada de hembras procedentes de estirpes de canto (timbrado español, roller o malinois) se complementa con la del macho adecuado, el mejor del que dispongamos del mismo tipo y especialidad.

Respecto a la selección de parentales en la especialidad de color, es necesario consultar con un experto a estudiar un texto monográfico, ya que conviene muchas veces no cruzar ejemplares de la misma intensidad cromática de una cierta tonalidad o introducir reforzadores de color para los canarios bronceados, ágatas y factor rojo, por ejemplo.